Un obstáculo no va a detener sus sueños

147 14 0
                                    

-Un obstáculo no va a detener sus sueños-

Amanda terminó de bañarse, Gianluca seguía recostado en la cama. Revisaba la red. Amanda salió del baño ya vestida, al parecer Gianluca ni se ha dado cuenta o al menos finge no darle importancia a ella. Amanda se miró frente al espejo, peinó una trenza en su largo cabello. Lo miró a él en el reflejo, estaba muy concentrado en su celular.
-¿Qué haces guapo?
-Nada linda. Reviso a las fans.
-¿Sigues nervioso?
-No. –Gianluca mentía.
-¿Seguro?
-Ya te dije que no.
-¡Ay cálmate! Tampoco me hables así. Sólo quería conversar.
-Mmmmmmm... -la ignoró unos momentos.
Amanda entornó los ojos frentre al espejo. Gianluca seeguía pegado a la pantalla.
-Voy a estar abajo. Si te interesa.
Se sentó en en el sofá de siempre con su libro en la mano, intentaba leer pero al segundo párrafo sus pensamientos se desviaron sin retorno. Ignazio y Piero tenían razón, Gianluca era una persona difícil, había que soportar sus genios. No hay vuelta atrás, un obstáculo no iba a detener sus sueños.

-¿Qué lees? –Gianluca la miraba recargado en la pared.
-¿Mande? -con una sacudida Amanda regresó a la Tierra.
-Que, ¿qué lees?
-¡Ah! Un libro.
-¿Me lo juras? –Sarcásticamnete Gianluca levantó una de sus cejas.
-"La vuelta al mundo por abrazarte por la espalda".
-Ah. Vámonos. Vamos a la Plaza.
Amanda cerró el libro de golpe. Lo siguió. Inconsientemente buscó a tientas la mano de Gianluca, él la esquivó con brusquedad.

-No. –Respondió tajante, incluso un poco agresivo. –Nos pueden ver.
Era verdad. Todo Abruzzo sabía que Gianluca tenía novia. Esa novia no era Amanda, era Martina. La Plaza se encontraba transitada como cada mañana, llena de turistas que recorrían sus estrechas calles en búsqueda de historia. Gianluca saludaba a sus vecinos, a quienes lo reconocían y saludaban a lo lejos, él simplemente con una sonrisa encantadora les agitaba la mano. Una bicicleta verde se encontraba amarrada a un viejo poste, justo frente a una farmacia. Gianluca se giró hacia Amanda.
-Aquí es a donde llegaban las cartas de "María".
-¡Ah qué "María"! –respondió Amanda sonrojada.
-Me pregunto ¿cómo le habrá hecho para llegar hasta acá?
-Tal vez "María" te espiaba muy bien.
-¡Ah qué "María"! ja, ja, ja –bromeó con gracia también él.
Gianluca tomó la bicicleta.
-Sube, te voy a dar un recorrido.
-Recuerdo que cuando era niña yo solía ir en el manubrio. –dijo ella entre un nube de recuerdos.
-¿Te atreves? –preguntó incrédulo él.
-¿Por qué no? ¡A darle!
Ambos eran dos locos. Un par de niños en cuerpos adultos. La gente los miraba divertidos, ellos en cambio reían sin parar. Amanda agarrada con fuerza y los pies volando, sintiendo el viento en su rostro y el miedo transformado en adrenalina que le hacían reír y gritar sin parar. Gianluca gritaba y cantaba muy feliz, como hacía mucho que no estaba, manteniendo el equilibrio. Ambos estaban pasando un día increíble.


Mis manos neciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora