María, I just kissed a girl named María

168 13 2
                                    

Gianluca y Amanda se miraron a los ojos. Las palabras en ese momento sobraban. Con solo una mirada ella lo consolaba, él con la misma mirada le agradecía. Amanda sentía sus ojos en ella, quemaban su piel. Temblaba nerviosa. Eso era demasiado, más de lo que incluso había soñado añgún día. Una sensación extraña y gratificante le llenaba. Su corazón latía sin control, desenfrenado. Si pudiera frenar el reloj y detener el tiempo en sus manos justo sería en ese momento. En el momento más íntimo de sus vidas. En la verdad.

Sonó el celular de Amanda en ese instante. Vibraba dentro de su suéter viejo. Lo levantó y leyó en su pantalla "Francis". Vuelvió la mirada a Gianluca.
-Es Francis...
-Contesta. No te preocupes por mi.

Gianluca colocó su mano sobre la rodilla de Amanda y con el pulgar y el índice apretó en señal de apoyo.
-Ciao Fran
-Hola
-Hola –Amanda sonrió nerviosa.
-¿Cómo estás?
-Bien, bien. Aquí. Ya sabes.
-¿Estás ocupada?
-No precisamente –Mintió.
-Sólo hablaba para ver cómo estabas.
-Estoy bien Fran, no te preocupes.

-¿Cuándo regresas princesa? –preguntó suspirante Francesco.
-No sé. El domingo en la noche. Supongo.
-¿Estás bien? te he notado distante últimamente
-Estoy cansada. Eso es todo.
-Mejor te dejo descansar. Duerme rico.
-Si, gracias. Buenas noches.
-Buenas noches.
Amanda colgó. Gianluca simplemente dibuja una media sonrisa.
-¿Lo vas a terminar? –Una pequeña esperanza albergaba su corazón.
-No quiero hablar de eso. Sólo quiero estar contigo. Vamos a ver una película, ven.
Amanda se levantó de su lugar, al hacerlo sus rodillas tronaron conviritendo aquella tensión en el momento cómico de la noche.

-¡Auch! –Gianluca bromeó un poco.
-Ya estoy un poco oxidada ja, ja, ja.
Amanda agarró la mano de Gianluca dispuesta a dirigirlo a la sala, pero él siguió sentado jalándola.
-No lo dejes por mi.
-Gian, si dejo a Francis o no, no es por ti, ni por mi. Es algo difícil de entender. No quiero complicarte. Me tienes bastante confundida. Cupido me ha jugado chueco y no puedo entregarme a él, no como Francis tanto desea. En verdad no quiero hablar de eso. Quiero, necesito disfrutarte, hartarme de ti. Y sé que hago mal, por Martna, pero éste sentimiento, ésta sensación al estar contigo es más fuerte que yo.
Gianluca sonrió, se levantó aún sosteniendo su pequeña mano, bajó un par de escalones y se giró hacia ella dejándola un escalón arriba. Más tardó ella en entender lo que Gianluca hacía que él en besarla. Con un solo beso, un beso. Un beso bastó para iniciar la más caótica emoción de su vida. Complicidad. Juego. Amor. Gianluca agarró la cintura de ella jalándola hacia él. Sus manos toscas tocaban cada parte de Amanda con dureza y pasión. Sus manos subían y bajaban por su espalda. Él con un abrazo la hizo suya. Una mezcla de confusión y arrojo la desbordaron.
-Quiero intentarlo. No me importa que Martina esté de por medio. ¡Por favor! Te amo Gianluca. ¡Te amo! y te necesito...
Gianluca cerró los ojos con la cara hacia Amanda. Ella subió las manos tocando su cara colocándolas justo al lado de sus orejas. Tocó su barba. Exploró su rostro angelical intentando con caricias convencerlo, que él se diera cuenta que la amaba y así iniciar una vida juntos.

-¿Estás dispuesta a soportar una doble vida?, ¿a verme y fingir no ser nada?, ¿a ser "la otra"?
-Te lo juro. No me importa. Te amo demasiado y me conformo con lo poco de tu amor. Te prometo hasta actuar indiferente si me hablan de ti.
Amanda había llegado bajo. Rogaba amor. ¿Valdría realmente la pena?
-Estoy desesperada. Llevo años enamorada de ti, llorando por las noches al verte con otras, viendo tus fotos e implorándole a un dios, que quizás no existe, que te fijes en mi. Desde el primer día que te vi mi mente no deja de buscarte. Aún recuerdo aquel día en el concierto en que me señalaste y me cantaste. Marcó mi vida. O las múltiples veces que lograba entrar al hotel y te veía, cuando tocabas mi mano, las miles de fotos que tengo contigo.
-¿Ya me conocías? No te recuerdo –Gianluca la buscaba entre sus recuerdos.
-Lo sé, soy tu fan Gian. Te perseguí hasta donde pude. Cada firma, cada concierto, cada contestación en la red.
Gianluca la miró fijamente tratando de recordar. Las imágenes pasaban por su mente a gran velocidad.
-¡Eres tú! –Gritó de pronto, sus ojos brillaron cual estrellas en la obscuridad.- ¡Eres tú! ¡La chica del vestido verde en el concierto del Auditorio Nacional! ¡Eres 'María*'! ¡Eres tú!
-¡Sí! ¡Lo recordaste! ¡Soy yo Gian, soy yo!
- ¡'María'!¡Sabía que te conocía antes! Qué ya te había visto. ¡Te amo Amanda, te amo!

*María, una fan subida al escenario por el artista en la interpretación de la canción de "María" de West Side Story


Mis manos neciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora