Francesco esperaba en la sala, Ignazio aún en boxers y playera estaba con él. Amanda salió de su habitación con una simple playera, unos pants y sus inseparables Converse ya desgastados, un chongo a medio peinar sostenía su cabello y un par de lentes de sol ocultaban tu cara lavada.
-¡Lista!
-¡Qué carita! –Ignazio comenzó a reír.
-¡Cállate tonto! –Le arrojó el primer cojín que tenía a su alcance.-Vámonos princesa. –Francis se acercó a ella agarrando su cintura, besó su mejilla.
Amanda miró fijamente a Ignazio al tiempo que Francis se acercó para saludarla, quería retarlo, provocarle celos. Inútil, aun sabiendo que él los sentiría, no haría nada por frenarla. Ignazio se levantó y quitando a Francis de su lado agarró a Amanda de los hombros.
-Vete con cuidado. -Le dijo con ternura en español.
-No te preocupes, Francis va a saber hacerme muy feliz. -La ironía no podía desprenderse de ella.
-Lo que me preocupa no es eso, sino que no es con él con quien tú quieres ser feliz. -Finalizó en un susurro al besarle la frente.
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Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...