-Deberle la vida, ¿qué demonios me querrá decir? –Pensó Amanda en ese momento. -¿La vida?
-¡Hemos llegado! –Martina se colocó frente a ella. –Éste es mi lugar favorito en el mundo.
-¡Vaya! juré que esta playa no tenía fin. –Amanda giró a todos lados. Levantó la mirada para ver a un grupo de chicos jugar fútbol, todos en traje de baño, aunque una inusual forma de caminar le llamó la atención.-¡Gianluca! –ahogó su grito llevando sus manos a la boca, tratando de callarse antes de que alguien lo notara. -Los jugadores se detuvieron y todos voltearon a verlas.
-Sí, pero no lo grites, –Martina la rodeó en un abrazó a su costado –es él. Son ellos.
-¿Cómo es esto posible? –Sorprendida no podía dejar de verlo.
-Ven, vamos a saludar.
-¡Dios mío! Ya sé quién eres, ¡eres Martina!
-Sí, siempre he sido Martina –Contestó la misma en plena mofa.
-¡No! o sea, sí pero Martina, Martina la novia de... Gian.... –silenció sus palabras con una desilusión clara. -¿Cómo no me di cuenta antes?
-Quizá porque tenías más en qué pensar –y tomó de su mano llevándola a ellos.
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Mis manos necias
Roman d'amourA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...