-Salí de casa con la ilusión de viajar y conocer el mundo. De olvidar un ex amor que me partió el corazón, respirar un diferente aire y empezar desde cero. –Amanda miró la flama de la vela que se consumía en la mesita de la sala. –Un día en el parque conocí a Martina, me pidió la hora. Ese día me llevó a comer con sus amigos, al llegar a la fiesta me di cuenta quienes eran. Escuché la voz de Ignazio y lo reconocí al instante. Aún puedo sentir mi piel erizar al recordarlo. Recuerdo que el primer pinchazo en mi corazón fue ver a Gianluca y a Martina besarse en la alberca.
-Entonces sí terminó con Martina...
-Sí. Llevan ya varios años viviendo juntos.
-¡Quién lo hubiera imaginado! Continúa.
-Ignazio desde siempre estuvo enamorado de mí. Él siempre supo que yo amaba a Gianluca. No pude controlarme y después de varios problemas regresé a México, yo no podía pagar más el Hotel...
-Y te dolía ver a Gianluca con Martina. –Romina la interrumpió.
-Sí, además él me trataba espantoso. Ignazio un día fue por mí a México, me ofreció vivir en su casa, y darme ciertas facilidades. –Amanda se levantó y comenzó a andar dando vueltas en la sala.- Regresé con él. Hasta me llamaron Señora Boschetto. Empecé a salir con Francis, una cosa llevó a la otra y anduve un tiempo con él. Ignazio me pidió que lo dejara, que me quedara con él.
-¿Alguna vez estuviste con Igna?
-Jamás. La única vez que pudo pasar, él me detuvo diciendo que quería hacer las cosas bien. Él quería hacerme el amor completamente enamorada. –Amanda secó sus lágrimas.
-¿Y Gianluca? ¿Cómo comenzó todo?
-Yo necesitaba dinero, así que a Ignazio se le hizo fácil que yo trabajara con los Ginoble. Mi misión era cuidar a Ernesto y darle clases de español. Fueron meses maravillosos. Una noche, por andar fisgoneando entré en ropa interior a la vieja habitación de Gianluca y me encontré con él. Para no darte muchas vueltas, seguimos viéndonos en casa de sus padres, cuando Ernesto salía con su novia y yo me quedaba sola. Las cosas se dieron, nos empezamos a enamorar y un hermoso romance se dio. Nos enamoramos locamente.
-¿Y Martina?
-Él me dijo desde un principio que no la dejaría. Sin embargo acepté ser su amante, ver a Martina a la cara y mentirle, llegar a casa con Ignazio y callar mis sentimientos. Yo me conformé con tan poco. Ahí fue cuando me confundí, terminé con Francis pero yo comenzaba a sentir cosas por Ignazio. Estar con Gianluca era mi todo, sus mensajes, sus detalles, sus llamadas, el tiempo a su lado era perfecto. Pero luego discutíamos por pendejadas, y todo se iba a la basura. Yo le pedí que la dejara, que si en verdad me amaba me diera mi lugar. Me dijo que no podía. Y ahora sé el porqué. Ignazio me pidió matrimonio, tontamente le di esperanzas. Ignazio nos encontró, y me confesó toda la verdad. Gianluca y Martina se casarían en pocos meses.
-¿Ya no has vuelto a hablar con él?
-No, no quiero saber más de él. Quería borrarlo para siempre, ahora ves que es imposible. –Tocó tu vientre al decirlo.
-Un bebé siempre es una bendición. –Romina sonrió.- ¿Piensas decirle?
-Jamás. Si Gianluca no quiso hacer las cosas por las buenas cuando ambos estábamos en nuestro camino, ahora no quiero forzarlo con un bebé que quizá no quiera. El amor nace, no se obliga.
-¿Estás completamente segura?
-Sí
-Pues que sea lo que Dios quiera. Yo te apoyo.
Así se abrazaron.
-Tendremos que empezar a trabajar, hay ropita, juguetes y pañales que comprar.
-Te quiero Romina, gracias por todo lo que haces por mí.
-Me lo agradecerás cuando esa bebé se llame Romina.
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Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...