"Odio que la lluvia vuelva triste a esta bella ciudad, ¡vaya que le da un toque romántico! pero de que me sirve todo este romanticismo si yo..."
Amanda fumaba sentada frente a la ventana, las gotas que lloraba el día le hacían creer que Roma estaba triste al igual que ella. Sonó su celular.
-¿Diga? –contestó sin pensar aquella llamada.
-Espero que ya estés más tranquila -la voz del otro lado se oía hueca, vacía. Era él.
-¿Tranquila? yo siempre estoy tranquila, ¿sabes? tengo que irme –respondió cortante soltando una bocanada del denso humo.
-Siempre es lo mismo, siempre tienes que hacer cosas más importantes, de seguro vas a salir con alguien. ¿Ves por qué no quería que te fueras?, porque sabía que me ibas a dejar por otro, ¡seguro un "francesito" cualquiera! -le gritó malhumorado.
-¡Tú siempre con tus chingaderas! si me fui no es por salir a buscarme a cualquier "francesito", me fui porque ya estoy cansada.-¿Cansada? ¿Cansada de qué, de mí? -su voz era un ruido estrepitoso.
-¡Sí! de ti, de mi... de los dos... -suspiró Amanda.- No quiero volver a verte, mejor olvidame y sigue con tu vida. No sé si algún día vaya a regresar.Amanda colgó el teléfono.
-¿Qué esperaba, que con un simple "hola" iba a solucionar las cosas? No soy más su pendeja. Ésta vez ya no... -dijo cuándo una lágrima salió con dolor.
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Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...