El vuelo estaba a punto de abordar

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    -Ayer hablé con Amanda –Piero dejó su taza de té sobre la mesa. El silencio después del comentario no se hizo esperar.
Una gran tensión reinó el ambiente.
-¿Cómo está? –Gianluca preguntó con cierta nostalgia en la mirada perdida, no veía a Piero, pero no pudo evitar preguntar.
Piero los miró a ambos. Ignazio miró los ventanales en espera de su avión.
-Me dijo que estaba bien. Está ahora en París.
-¿París? –Ignazio preguntó.
-Sí, París.
-¿Qué hace? ¿Sigue estudiando? –Gianluca aún tenía la esperanza de verla sentada en medio del público en alguno de los conciertos de México.
-Sí. Seguramente ya hasta trabaja. No me dijo mucho. Realmente hablamos muy poco. –Tomó su taza y dio un sorbo.- Sólo me dijo que estaba bien, que siempre nos admirará y que vivimos en su corazón pero se despidió para siempre.
-¿"Para siempre"? -Ignazio miró a Piero con el corazón en la mano.- Pensé que era un mal sueño, ahora veo que no.
-Me hubiera gustado verla una vez más.
Era la primera vez que Gianluca se abría ante ambos. Ignazio y Piero lo miraron atónitos. El reloj marcaba las 20:15 hrs. Su vuelo estaba a punto de despegar. Una hora más tarde estarían cruzando el Atlántico dejando todo atrás, todo en el olvido.
-Quiero despedirme, mirarla una vez más. –Gianluca suspiró.
-¿Tienes a donde marcarle? –Preguntó a Ignazio mirando a Piero.
-No
-Fue tan grande el daño que hoy aún es fecha que no he podido dormir tranquilo. No ha pasado un día en que no pueda dejar de pensar en ella. –Confesó con timidez Gianluca.
-¿Realmente la amaste o fue uno más de tus caprichos? –Bárbara, la manager, acababa de entrar a la sala de espera. –Perdón, no pude evitar escuchar.
-La amé más de lo que debí, pero ya es muy tarde. Me di cuenta muy tarde. ¿Tú qué sabes de esto?
-Martina me contó todo. Quería saber porque cancelaron el compromiso. Aún no comprendo ¿en verdad se enamoraron de la misma mujer?
-De verdad –Ignazio ahora miraba al vacío.
-Pero...
-Es extraño. –Ignazio interrumpió a Bárbara.- Yo me enamoré de mi mejor amiga, y él –señaló a Gianluca- fue su amante.
-No quiero que esto cause problemas dentro del grupo, no ahora que estamos iniciando de nuevo.
-Ya no hay de qué preocuparse Babs, ella ya no regresará. –Le contestó Piero.
-Después de tantos años de conocerlos aún no los comprendo. Más bien no los entiendo, no me lo creo. Se enamoraron de la misma "zorrita". Esa mujer era una "fichita". –El desprecio de Bárbara era muy real. –Ustedes son como hermanos, tienen valores, y van y se meten con la misma 'puta' que fue novia de Francesco. Es increíble.
-No la defiendo. –Comenzó Ignazio. –Estos meses he pensado lo mismo, pero creo que fue más difícil para ella. Una soñadora incorregible viajó para zafarse de sus problemas, llegó a un país extraño. Conoce a sus artistas favoritos, a quienes ha amado y admirado por años, se siente resguardada por el hermano de uno de ellos, lo considera su salvación. El otro artista la lleva a su casa y le da alas, y para el colmo convive con el que siempre ha sido el amor de su vida. Yo me hubiera vuelto loco.
-Y lo peor, el amor de su vida la destrozó.
-Ya no te culpes Gian. Nada fue planeado.
-Pues sí, pero nunca me lo perdonaré.
-Lo mejor es decirle adiós, dejarla libre. Si está en el destino algún día nos encontraremos de nuevo. –Con esto Ignazio cerró la conversación.
El vuelo estaba punto de abordar    


Mis manos neciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora