No te vayas de mi

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-Yo también quiero estar en tu vida Francis.

Francis se recostó en el pasto, sacó una cajetilla, encendió un cigarro y comenzó a fumar. A Amanda le hipnotizó su actitud, Francis se veía completamente feliz, ella se recostó en reflejo a él de modo que sus cabezas quedaron lado a lado, Francis volteó a verla y le ofreció un cigarro, llevaba casi dos meses sin fumar, "Quizá un poco de tabaco despejará mi mente", "Quizá así olvidaré a mi martirio", "Quizá así pueda dejar de pensar en Gianluca... en el beso con Martina".

-Amanda... ¿Andarías conmigo?- Francis le preguntó mirando al cielo.
-Si la vida me hubiera puesto en otro camino, ¡por supuesto que estaría contigo Francesco!
-¿Y por qué en otro camino y no en éste?
-Te lo dije Francis, -respondió al sentarse- me voy a regresar a México.
-¿Cuándo te vas?
-No me queda mucho dinero. Le calculo tres o cuatro días más, no más.

Amanda sintió una gota en la palma de la mano, poco a poco empezaron a caer más gotas, Francis se reincorporó rápidamente y le ayudó a levantar. Corrieron. La lluvia se dejó venir de un momento a otro, Francis se detuvo en seco, la jaló hacia él, rodeó con sus brazos de la cintura y comenzó a oler su cuello. Amanda hizo la cabeza hacia atrás. Ambos estaban empapados. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Amanda cuerpo y lo besó. Al llegar al auto Amanda se dio cuenta de que no había nadie alrededor, Francis se quitó las gafas y la chamarra, quedó con el torso al descubierto e hizo para atrás el asiento quedando así recostado sobre él, los vidrios estaban empañados y su mirada fija en ella. Nadie los podía ver...


Mis manos neciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora