Francis llevó a Amanda hasta el hotel, ella no podía creer lo que había pasado, lo que empezaba a crear Francis en ella era indescriptible, esa pasión, ese deseo, esa atracción, prácticamente podría ser un vicio.
-Mmmmmmmm.... Martina. –Dijo Amanda al ver el post-it en la puerta de su habitación.
-¿Amanda?... Quiero verte mañana. -Francesco estaba a su lado.
-No lo sé Francis.
-¿Te arrepientes de lo que pasó?
-No.
-Por favor, no te vayas. -Dijo suplicante.
-Ya está dicho.Francis se acercó a ella, quedaron recargados frente con frente.
-Francis yo tengo una vida, un futuro y si de algo estoy segura es que no es aquí.
-Dime una cosa, ¿tienes un trabajo, una casa, una escuela, un hogar al que mantener?
-Aún no pero...
-¿Entonces? -La interrumpió al momento.Francis la recargó en la pared, puso ambas manos a sus costados de modo que la aprisionó, puso su frente en la de ella y con un tono de súplica en su voz dijo:
-Lo que pasó hoy para mí fue estupendo, es algo que jamás olvidaré, algo con lo que voy a vivir como un tesoro hasta el último día de mi vida. No me pidas que lo olvide porque te aviso desde ahorita que eso nunca va a pasar. Quiero tenerte princesa, dime ¿qué fui para ti?
-Fran, yo también quiero tenerte. –Amanda levantó sus manos y agarró la cara de Francis acariciando sus orejas.- ¿Cómo esperas que te diga que eres para mí si ni yo misma lo sé? Te deseo Fran...Francis la besó.
-¿Y aun así te vas?
-¡Tengo mucho que pensar! -Empujó ligeramente a Francis hacia atrás. Era demasiada presión la que ejercía en ella.Se metió en su habitación sin despedirse, se recargó en la puerta y comenzó a temblar. Era el deseo, la impotencia o tal vez que su ropa seguía mojada y la habitación fresca.
-¡Piénsalo bien Amanda! -Gritó Francis tras la puerta.- Mañana te marco... ¡TE QUIERO PRINCESA!
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Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...