-¡Hola! ¿Hay alguien en casa?- El departamento estaba vacío. Al parecer sus roommates habían salido.
Era un departamento completamente viejo, y con un gusto excéntrico. Cámaras fotográficas por todos lados, en llaveros, en decoraciones, en cuadros, en fotografías, en el suelo, en la alfombra, hasta en los cojines. Cámaras de todo tipo en una vitrina. Una valiosísima colección fotográfica. Cámaras, cámaras chicas, cámaras grandes, cámaras viejas, hasta cámaras nuevas. Cámaras en todos lados. Un bonche de fotografías yacía en la mesita de la sala. Al parecer eran de una noche de copas. Recién reveladas. Amanda tomó una, en esta un grupo de chicas se abrazaban. Vio a una en particular, la observó detenidamente. Rubia, delgada. Sus labios rosados dibujaban una amplia sonrisa aperlada. Sus ojos brillaban con el reflejo del flash. Azules, verdes, grises, daba igual, eran hermosos. Amanda la conocías pero, ¿de dónde? Se sentó en la sala y sacó su celular. Era hora de llamar a sus padres.
-¿Madre?- su voz se hizo añicos.
-¿Amanda? Cariño, ¡qué milagro! ¿Cómo has estado? -Su madre se oía feliz del otro lado del continente. No se imaginaba el dolor que Amanda traía dentro.
-Bien madre. -Respiró profundamente intentando ser fuerte. -¿Cómo están ustedes?
-Todos bien por acá
Amanda sollozaba en el teléfono. No era fuerte.
-Mi amor, ¿qué pasa? No te entiendo. -Su madre sonaba preocupada.
-Estoy bien, un poco confundida pero ya se me pasará. –Amanda pasó su mano por la nariz.- Madre, pedí mi transferencia para Paris. Acabo de mudarme. No te preocupes por mí.
-¿Pero por qué? ¿Por qué no nos avisaste? ¿Por qué ese cambio tan repentino?
-Un error que cometí.
-¿E Ignazio? Explícame que pasó.
-No madre, no puedo. Solo hablo para avisarte que estoy bien, estoy feliz. -Mintió. –Es un poco de nostalgia de tanto tiempo de no vernos.
-¿Segura Amanda? ¿Estás feliz? ¿Él te hace feliz?
-Como ninguno madre, como ninguno.
Amanda colgó secando sus lágrimas. La verdad es que no era tan fuerte, ni siquiera un poco. Una risa se escuchaba en el pasillo, alguien se acercaba. Se serenaó, su primera impresión hacia ella no podía ser mala ni triste. Viviría con ella una nueva vida. Su compañera era mujer, lo supo por la voz. Se abrió la puerta y la chica se calló al entrar y ver a Amanda en el departamento.
-¿Hola? –La rubia, alta y además guapa de la fotografía extendió su brazo en señal de saludo. –Me hablaron de la facultad hace unas cuantas horas. Supongo que eres la chica de intercambio ¿no?
Su francés era limitado, pausado y con un acento extraño. Era extranjera. Se dieron un apretón de manos.
-Hola. –Tartamudeó Amanda, su belleza la cautivaba. –Sí, bueno. Supongo que soy yo. Ellos me dieron esta llave, y me dieron esta dirección.
-Sí. Excelente. ¿Gustas pasar a ver todo el departamento?
-Si
La chica le dio un breve recorrido por todo el piso. Pasando por cocina, baño, y estancias. Por todos lados seguían las cámaras.
-...y esta es tu habitación. La verdad es que jamás la he ocupado, no sé qué tan fría esté. Arriba está el cuarto rojo, yo misma lo armé en una necesidad de entregas finales. En la cocina pues no hay mucho que cenar, si gustas podemos hacer la despensa juntas. No sé cocinar, siempre pido comida o simplemente meriendo en la facultad. No hay reglas, sólo respeto y avisarnos que planes tenemos. ¿Ok?
-Ok. Perfecto. –Sonrió Amanda.
-¿Alguna duda? –Preguntó alegremente.
-Te fascinan las cámaras ¿verdad?
-¡Un chingo! –Se cubrió la boca con ambas manos. Habló en español. –Lo siento, demasiado.
-¿Mexicana? –Preguntó Amanda en español.
-Chilanga –contestó la rubia.
-¡Yo también!
-¡Ay! ¿En serio? –Dio unos cuantos brincos aplaudiendo como loca.
-Por cierto –dijo en español. –Soy una pelada, no me he presentado. Mi nombre es Romina.
-Mucho gusto Romina. Yo soy Amanda.
Ya lo sabía. Era ella. Romina.
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Mis manos necias
RomantizmA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...