El palacio del sufrimiento // Ivar The Boneless

71 - Una parte de nosotros

Los ojos de Ubbe eran claros y siempre me habían parecido honestos. A diferencia de los de Ivar, pues en su mirada siempre había cierta oscuridad, cierto enigma. La mirada de Ubbe era transparente, como si te mostrara su alma cada vez que posaba sus pupilas en ti. Pero esta vez no me podía fiar de mi percepción, pues una alarma interna me avisaba de no confiar ciegamente en un par de ojos brillantes.

—Para ser sincera, pensé que me buscarías antes.— Me crucé de brazos, incómoda y reticente, pero con absoluta inseguridad en mis palabras.

—Quería darte tiempo. Probablemente si hubiese ido detrás de ti habríamos acabado a gritos y quería evitar eso.

Asentí dándole la razón. Estaba segura de que eso habría pasado, además de que habría acabado derrumbándome frente a él. Ahora no tenía las ideas claras, pero por lo menos me sentía fuerte emocionalmente.

—¿Te acuerdas cuando te dije que Ivar te quería apartar de mí y tú me respondiste que no podría hacerlo? Bueno, depende de ti que lo consiga o no. Sé que cometí un error mintiéndote acerca de esto, pero tenía miedo de que no me entendieras y de que te quedaras sin ningún apoyo, apartándome de tu vida. ¿Querías conocerme más? Pues esto es lo que no quería que vieras. Pero te juro que lo hice pensando en ti.

—¿Pensaste en mí mientras dejabas que Ivar matara a mi hermano? Eso no se si te pone en muy buen lugar, Ubbe. Tú mejor que nadie sabes lo mal que lo pasé con la muerte de Egil y aún así... ¿Cómo pudiste hacer eso?

—Ivar me dijo que tu hermano...— Carraspeó para aclararse la garganta y desvió la mirada.— Que Axe había intentado abusar de ti. Y en ese momento me cegó el pánico y la rabia, así que permití el asesinato. Por los dioses, Astryr, si tan solo me lo hubieras dicho a tiempo podría haberlo arreglado de otra forma, pero...

—Te digo lo mismo que a Ivar.— Le corté rápidamente, demasiado nerviosa como para respetar los turnos de palabra.— ¿Con qué derechos os creíais para hacer algo así? En primer lugar, esa decisión dependía del rey Bjorn, y en segundo lugar, ¡yo no lo denuncié! No teníais pruebas de nada y aún así lo hicisteis.

—No, no hables en plural. Ivar fue el causante de todo, no voy a dejar que me eche las culpas de lo que no hice. Simplemente me di la vuelta y no le detuve porque me quedaba sin aire al pensar que ese hombre te había tocado.— Espetó serió, con contundencia y seguridad en sus palabras.

Le estaba empezando a entender, tanto a él como a Ivar. Había sido una situación complicada y ambos quisieron restaurar el honor que Axe estaba decidido a quitarme pedazo a pedazo. Pero seguía sin ver claras las cosas, o quizás era yo misma la que causaba el bloqueo porque no quería tomar la decisión de abandonar a ninguno de los dos.

—Aún así no entiendo por qué no me lo dijiste, por qué siempre le echaste la culpa de todo a Ivar. Yo confiaba en ti más que en nadie.— Mis ojos se cristalizaron sin previo aviso y tuve que apretar los labios para que no me temblaran.

—Lo sé, y lo siento. Me ganaré tu confianza de nuevo, te lo prometo. En el momento tuve que elegir una opción y preferí las mentiras sutiles frente a las verdades dolorosas. Si tan solo pudiera volver atrás lo cambiaría todo.

Al parpadear, un par de lágrimas rebosaron de mis ojos y él hizo el amago de limpiarlas, pero me aparté esquiva y él chasqueó la lengua con frustración.

El sonido de unos pasos se hacía cada vez más audible y supe que nuestro momento de intimidad estaba llegando a su fin. Ubbe me agarró de la cintura y acercó su boca a mi oído.

—Sé que te mentí con lo de tu hermano, pero todo lo demás es verdad. Me vuelves loco, Astryr, y te deseo con locura.

Mi corazón palpitaba con fuerza, tanto que mis propios latidos eran el sonido más alto que percibía, entremezclándose con la voz profunda y desesperada de Ubbe.