Me dejé de caer de rodillas al suelo y abrí los brazos esperando a que su pequeño cuerpo se entremezclara con el mío. Su rostro de mejillas rosadas se iluminó al verme y corrió hasta mis brazos, los cuales le estrecharon fuertemente contra mi pecho. Apreté los ojos para aguantar las lágrimas y acaricié su cabello suave y rizado. Mis manos estaban orgullosamente manchadas de sangre y barro para que sus ojos siguieran igual de iluminados y para que la gente que le rodeaba siguiera igual de viva. Habría luchado cientos de batallas ese mismo día para poder ver aquellos ojos espléndidos e inocentes.
—Te quiero, mi vida.— Apreté los labios mientras le miraba, apoyando las manos en los costados de su cuerpo para mantenerle junto a mí. Mi mayor miedo durante todo este tiempo había sido que algo malo le pudiera pasar, así que sentir que todo había acabado me llenaba de un alivio indecible.
—Y yo.— Respondió mostrando sus pequeños dientes y dándome un beso en la comisura.— ¿Dónde está papá?
—Viene enseguida.— Me levanté del suelo y volví a acariciar su cabellera. Margreth se acercó a nosotros y nos fundimos en un profundo abrazo.
—¿Ha ido todo bien? Estaba preocupada por ti...
—Ya no hay de qué preocuparse, estamos todos a salvo.— Sonreí con cansancio antes de darme la vuelta e indicar a todos los presentes que ya era seguro volver a sus respectivas casas. Los agradecimientos y miradas de apoyo de cada uno de los ciudadanos me ayudaron sobremanera a luchar contra mis batallas internas.
La muerte de Bjorn aún la tenía marcada a fuego en mis ojos y no me podía sacar de la cabeza las promesas que me hizo. Había cosas que, de la noche a la mañana, me parecía imprescindibles saber y no sabía cómo lidiar con el hecho de que ya nunca encontraría las respuestas. Tenía una profunda necesidad de saber sobre él y que alguien me asegurara de que estaba sano y salvo, pues la simple idea de que estuviera convaleciente se me antojaba intolerable. Sin embargo, lo único que sabía era que había tenido una experiencia cercana a la muerte, pero, ¿cómo de cercana? ¿Seguiría enfermo? Lo peor de las preguntas era que no tenían respuestas y la incertidumbre acerca de Ubbe me cortaba la respiración.
—¡Papá!
Giré el rostro para ver cómo Einar corría hacia su padre, quien dejaba caer la muleta y le alzaba en sus brazos. En ese momento me sentí culpable por estar pensando en Ubbe, pero no podía negar lo que sentía. Al menos, no a mí misma. Eso no quitaba el hecho de que adoraba ver a mi hijo en los brazos de Ivar, unos brazos tremendamente fuertes con los que acababa de defender, no solo a su reino, sino a su familia.
—¿Habéis matado a muchos cristianos?— Escuché que preguntaba Einar. Su padre ajustó el apoyo en su cadera y sentí cierta preocupación al notar cómo estaba forzando el peso en sus piernas sólo para poder sostener a su hijo en brazos.
—No eran cristianos.
—¿Entonces qué eran? Pensé que sólo se mataba a los cristianos...
—No todo es tan fácil, cariño.— Respondió Ivar, quien tragó saliva al verme venir. Teníamos nuestras diferencias a la hora de educar a nuestro hijo, especialmente en temas peliagudos como la muerte. Ivar dejó a su hijo en el suelo y pellizcó su mejilla con cariño. Me fijé entonces que sus manos estaban tan sucias y sangrientas como las mías.— Ve a ver a tu tío, que acaba de llegar.
—¡Tío Hvitserk!— Chilló el niño, llamando la atención del aludido, quien se encontraba sujetando en sus brazos a su esposa. Yo solté una risista y miré la escena con ternura.
—Tiene las mismas mejillas rosadas que su madre.— Habló Ivar apoyando su mano en mi mejilla.— Sabía que tendría tu belleza.
Los pliegues de mis ojos se acentuaron en una sonrisa y me dejé caer sobre su pecho, rodeándole con mis brazos. Estaba física y mentalmente agotada, y lo único que necesitaba era estar con él. Quería sentirme segura a su lado, sabiendo que no tenía fuerzas más que para dormir escuchando su respiración. Necesitaba un descanso del miedo, la incertidumbre, la sangre y la lluvia.
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El palacio del sufrimiento // Ivar The Boneless
FanfictionY te quiero a rabiar Pero sabes que hay un infierno dentro de mi cabeza No te dejes llevar Lucharé contra las fieras No te dejes llevar Tengo el corazón a medias ¿No te dije que me llenas? [Créditos: Hoy es el día - Lionware] Finalista Premios Watty...