Nunca sabes lo realmente dañada que está una persona hasta que intentas quererla. Creces pensando que el amor es algo sencillo, fácil y fluido, pero eventualmente descubres lo difícil que resulta amar a alguien, especialmente si ese alguien está tan roto como Ivar lo estaba. Amarle era como estar agarrados de la mano y sentir que de pronto –y sin saber por qué– te soltaba, o por el contrario, te agarraba demasiado fuerte. Su incertidumbre había desestabilizado nuestra relación en más de una ocasión, amenazando con separarnos definitivamente. Pero lo triste no eran esas brechas temporales, sino la causa de ellas, el miedo irracional de Ivar y su ansiedad por controlarlo todo. Y yo debía entender su personalidad malherida y ambivalente, aprendía a soportar sus rarezas y calmaba sus nervios día tras día, como una batalla que nunca termina. Hacía todo eso no por obligación, sino porque realmente le quería, porque conocía el cachorro que se escondía tras esos colmillos y no tenía dudas en que merecía la pena quedarme a su lado. Quería empaparme bajo su tormenta aún sabiendo que podría estar seca y caliente en algún otro lugar.
Pero a pesar del amor, las cosas no siempre eran fáciles.
Después de la pelea que tuvo Ivar con Ubbe el grupo se desintegró y cada uno nos recluimos en la soledad de las habitaciones. Yo me quedé junto a Einar todo el tiempo que me fue posible hasta que se quedó dormido y entonces volví a la habitación matrimonial. Ivar estaba sentado en la otra orilla de la cama, de espaldas a la puerta. Tan solo unas pocas velas alumbraban la estancia en la que yo me desvestía hasta quedar en un ligero camisón de seda.
—¿Por qué no me quieres?— Su voz sonó aguda y débil, casi como una súplica. En su tono se hacían patentes el dolor y la soledad e incluso la más genuina duda.
—Sí te q-...
—No, no lo haces.
Prevaleció una atmósfera afligida, como si el propio aire afilado pudiera cortar nuestras pieles ya de por sí heridas. Yo no quería asegurarle lo que sentía, deseaba que él lo supiera y que nunca se le olvidara. Le llevaba queriendo desde hacía mucho tiempo, ¿cómo podía seguir dudando?
—¿Quieres divorciarte? Sé que siempre vas a preferir a Ubbe, así que supongo que el divorcio sería tu mejor opción.
Cerré los ojos por unos segundos, asimilando la situación. Después rodeé la cama para quedar frente a él, para mirar esos preciosos ojos rojos inyectados en lágrimas. El corazón se me encogió tanto que me noté perder el equilibrio.
—Ivar, odio que pienses que prefiero a alguien por encima de ti porque me hace pensar que no te demuestro eficientemente cuánto te quiero. Así que te lo digo ahora otra vez: no, no me quiero divorciar ni quiero a nadie que no seas tú. Escucha mis palabras, siéntelas dentro de ti. Te quiero. Y cuando te digo esto no es para que se queden en la superficie de la conversación junto con el resto de palabras que escuchas a lo largo del día, es para que vivan dentro de ti.
En su rostro predominaba una duda pasmosa, un cierto alivio pero, al fin y al cabo, una incertidumbre.
—¿Entonces por qué estuviste tanto tiempo lejos? ¿Por qué has vuelto con él?— Su forma de hablar no era agresiva ni amenazante, sino más característica de un niño perdido que no sabe qué creer.
—Habríamos hablado de esto en la cena si no hubieras empezando atacando a la gente. Quería contarte todo lo que hemos pasado y que tú me cuentes qué demonios ha ocurrido aquí. Y estoy dispuesta a quedarme en vela toda la noche compartiendo las noticias contigo pero por favor, deja de imaginarte todo lo que ha podido pasar porque solo son eso, imaginaciones.
—No lo sé, creo que siempre hay algo de verdad en todo lo que imagino.
—Cariño, tú crees que atención es sinónimo de amor y por eso sufres tanto.— Decidí sentarme a su lado y acariciarle el brazo con detenimiento. Observé su perfil y supe que era el hombre triste más atractivo de todos.— ¿Me querías estos meses cuando estuve lejos?
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El palacio del sufrimiento // Ivar The Boneless
FanficY te quiero a rabiar Pero sabes que hay un infierno dentro de mi cabeza No te dejes llevar Lucharé contra las fieras No te dejes llevar Tengo el corazón a medias ¿No te dije que me llenas? [Créditos: Hoy es el día - Lionware] Finalista Premios Watty...