140 - Villano

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[Narrador Externo]

Las noches en Kattegat eran cada vez más frías y largas. La cama que solían compartir era demasiado grande para él y estaba demasiado vacía. No eran pocas las veces que soñaba con que ella estuviese al otro lado, sin tocarle, guardando las distancias para que la fantasía se sostuviera. Se ponía a recordar todas las veces en las que se dio la vuelta y ella estaba allí, siendo preciosa aún con los ojos cerrados. En esos momentos no era consciente del valor de aquello, pero ahora que la soledad le acechaba entendía su inefable importancia.

—¿Por qué los dioses te han apartado de mí? ¿Por qué diste tu vida para salvarme?— Se lamentaba con la mirada nublada por las lágrimas

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—¿Por qué los dioses te han apartado de mí? ¿Por qué diste tu vida para salvarme?— Se lamentaba con la mirada nublada por las lágrimas.

Toda su vida se había sentido solo, llegó a acostumbrarse con rapidez y volvería a hacerlo si era preciso, pero esto era diferente a todo lo que había vivido antes. Astryr no le había abandonado, le habían apartado de él de una forma tan brutal que ni siquiera pudo hacer nada por evitarlo. Los dioses les habían separado tanto... Y aún así él seguía escuchando su risa en habitaciones vacías, seguía sintiendo su presencia en la cama y su respiración en el ambiente, y eso era lo único que le mantenía cuerdo. Recordaba cómo se mordía los labios después de que la besara en un lugar público, o cómo le abrazaba por la espalda al dormir haciéndole sentir protegido y querido o cómo su sonrisa reconfortante siempre le acababa hacer sonreír a él. Mierda, incluso extrañaba que llegara con un animal en los brazos y le pidiera que se lo quedaran para hacerle parte de la familia. Quería recuperar todo eso, quería traerla de vuelta aunque eso le supusiera la fama y la gloria.

Sabía perfectamente que el camino para recuperarla era difícil y probablemente perdiera mucho más de lo imaginado. Incluso estaba haciendo cosas que serían impensables por otro hombre solo para traer de vuelta a una persona amada. Pero ahí estaba la diferencia entre Ivar y cualquier otro hombre, él no era un héroe ni nunca lo había pretendido ser. Era más bien un villano, podía ser egoísta, podía dejar todo detrás por lo que él deseaba. Para un héroe el deber sería lo primero, pero él destruiría cada rincón del mundo solo para volver a verla una vez más.

—¡No quiero! ¡Me voy!— Se escuchó de repente en el pasillo. Parecía la voz de Asa.

—¡No te vas a ir a ningún lado y baja la voz!— Rebatió Ubbe. Ivar frunció el ceño con cierto cabreo. No es que estuviera intentando dormirse pero la noche era el único momento de silencio que conseguía al día y quería aprovecharlo.

—No vas a detenerme.

—¡Claro que sí! ¿Pero qué te pasa? ¿A qué viene esta actitud? Tú no eres así.

—¡Tú ya sabes exactamente lo que pasa! Eres el culpable de todo.

Ivar soltó un gruñido y se dispuso a acabar con esa discusión detrás de la puerta de su habitación. Se agarró a unos enganches que le a ayudaban a incorporarse y después cogió su muleta. Cuando abrió la puerta, padre e hija le miraron sorprendidos.

El palacio del sufrimiento // Ivar The BonelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora