146 - Encuéntrame

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[Narrador Externo]

Desde el exterior se veía a un hombre paciente que observaba el amanecer como si lo único que estuviera haciendo fuera disfrutar de los colores que teñían el cielo. Pero no había más que mirar en su interior para comprender que la fachada protegía el torbellino de sus pensamientos y el terremoto de su corazón. No tenía miedo de lo que estaba a punto de enfrentarse, sino de no encontrarla. Todo el mundo en el país sabía que habían metido a Astryr en la torre más alta del castillo, así que él se guiaba por eso, aunque no tuviera pruebas irrefutables de que fuese cierto. Cabía la posibilidad de que estuviesen a punto de meterse en un lugar sin respuestas ni salida, pero por ella correría esa suerte.

 Cabía la posibilidad de que estuviesen a punto de meterse en un lugar sin respuestas ni salida, pero por ella correría esa suerte

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Cuando el momento fue el indicado, Ivar subió a su caballo y ordenó al resto de sus soldados a hacer lo propio. No había tiempo que perder. Sin embargo, su segundo oficial se aproximó hacia él con otras intenciones.

—Mi señor, creo que deberíamos esperar un poco más. El castillo aún está lleno de enemigos. En cuanto les llegue la noticia del ataque en la muralla abandonarán sus puestos aquí y tendremos más posibilidades de éxito.

Ivar giró el rostro hacia su oficial con desagrado. Esas eran las palabras de un cobarde, de alguien que simplemente pretendía hacer tiempo para retrasar lo inevitable. Todos sabían que, cuanto más dilataran la entrada en el castillo, más tiempo tendrían los sajones para poner en peligro la vida de Astryr y, consecuentemente, amenazarlos con ello. La única baza que tenían en estos momentos era la sorpresa y no Ivar no estaba dispuesto a perderla por la cobardía de sus hombres.

—Si eres demasiado cobarde como para entrar ahí, puedes quedarte aquí mismo.—Espetó con rabia contenida. Ni siquiera se molestó en amenazarle, su expresión no verbal y su reputación debían ser suficientes para hacerle entrar en razón.

Su caballo comenzó a trotar, seguido por el resto del batallón en dirección al castillo. El oficial, aún sabiendo que se metía a un lugar prácticamente sin salida, siguió su paso y se dijo a sí mismo que mejor era morir valiente que vivir siendo un cobarde.

El primer enfrentamiento fue victorioso, los hombres a caballo consiguieron acortar distancias y llegar hasta el mismísimo perímetro del castillo. Una vez dentro continuaron su ofensiva a pie contra la Guardia Real, la cual estaba formada por soldados que hacía tiempo habían perdido sus mejores cualidades en batalla. Ivar y unos hombres consiguieron pasar desapercibidos y se adentraron en un largo pasillo en cuyo final se encontraba una larga escalera de caracol. Pero justo cuando pensaban que estaba todo despejado aparecieron más hombres, esta vez comandados por quien debía ser alguien de la realeza.

—Mira qué tenemos aquí.—Habló el joven adolescente con exceso de amor propio. Ivar se fijó en la larga capa que llevaba y fantaseó con la idea de ahorcarle con ella.— Parece que el monstruo ha decidido echar suerte e intentar recuperar a la reina. Qué pena que hayas hecho todo el viaje hasta aquí en vano.

El palacio del sufrimiento // Ivar The BonelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora