Another version of The Walking Dead.

Jaquecas

Llegó la noche, Gabriel no salió en ningún momento. Los demás hacían cosas para distraerse.

Lori comenzó a sufrir de jaqueca, su hijo se percató y se acercó a ella.

-Carl: Mamá, ¿qué te pasa?.

-Lori: Jaquecas cariño, alcánzame una botella de agua y una aspirina.

Fue a buscar entre los pocos medicamentos que tenían y no halló cajas de aspirina, antes de volver con su madre, se juntó dónde Shane.

-Carl: No quedan aspirinas y mi madre tiene fuertes dolores de cabeza.

Gabriel llevaba rato escuchando la conversación, dejó la puerta entre abierta y pegó la oreja.

-Shane: Mierda. Dile qué mañana a primera hora saldremos.

-Carl: ¿Cómo hacemos qué le deje de doler?.

-Shane: No lo sé Carl. *comienza a ponerse nervioso*.

Fue junto a su madre y se lo dijo. Ella le contestó que no pasaba nada, que aguantaría toda la noche.

-Rick: ¿Ocurre algo amigo?.

-Shane: No quedan aspirinas y del resto de medicamentos no queda casi nada.

-Rick: Tranquilo, ¿a alguien le hace falta?.

-Shane: A Lori...

-Rick: Joder, ¿qué vas a hacer?.

-Shane: Saldremos a primera hora.

-Rick: No sabemos dónde está la farmacia. ¿Recurriras a Gabriel?.

-Shane: No me queda otra, esperemos que acepte.

-Rick: La cosa está jodida tío.

Walsh suspiró asintiendo a sus palabras.

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-Gabriel: La primera parte de mi plan ha parecido más fácil de lo que pensaba *sonriendo*.

Preparó algunas cosas para llevar a cabo la fase dos.

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Se acostaron a dormir, como siempre los Dixon lejos del resto. Las parejas juntas, madre e hijo, las hermanas... Al principio les costó conciliar el sueño, sobre todo a Lori y a Shane, pero durmieron tiempo después.

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El padre aprovechó para abrir la puerta, bajo las escaleras despacio. La puerta principal hacia ruido asi que optó por salir por otra zona. Unas de las tablas del suelo, en un lugar apartado, podían levantarse. Removió la tierra del suelo, y entró. Eso daba hasta la calle, asi que salió sin ningún arma.

Caminó unos minutos hasta llegar al pueblo, se dirigió a la farmacia. Miró que cosas quedaban y vio lo que quería hallar. Sonrió conforme, volvió sobre sus pasos. Antes de llegar a su hogar, se topó con un caminante. Se asustó alarmado, no podía acabar con él. Le aterraba y encima no había visto uno tan de cerca antes.

Se fue a abalanzar sobre él, atemorizado intentó impedir que le mordiera casi poniendo sus manos en sus dientes. Lo empujó cayendo al suelo, antes de que pudiera ponerse en pie corrió hasta la iglesia. Respiró agitado, entró por el agujero, removió la tierra dejándola como antes y luego sin hacer el mínimo ruido puso las tamblas en su lugar. Sigilosamente entró a su despacho, cerrando la puerta despacio.

Se quitó los zapatos, con la misma ropa que llevaba se tumbó en su cama. Con una sonrisa de oreja a oreja mirando al cristo, le hizo sentirse vivo y satisfecho.

"Mañana será un gran día, cumpliré su palabra señor" se dijo mentalmente.