Another version of The Walking Dead.

"¡Ya basta!"

Raúl se sintió aliviado de salir de aquella putrefacta celda.

Le costó varios segundos que sus ojos se acostumbraran a las luz solar.

Negan le dedicó una mirada severa, nada más salir al inmenso patio y verle preparándose con sus hombres.

- Negan: Tráelos vivos o muertos, y podrás volver a tu habitación, Soler.

El aludido asintió mordiéndose el labio con fuerza.

Debía conseguirlo sí o sí.

No tenía la mera intención de regresar a ese antro, teniendo un increíble dormitorio no previsto de lujos.

Cuando todo estaba listo, se subieron a los vehículos y pusieron rumbo a Alejandría.

Horas más tarde, Scott abrió la puerta.

Shane y sus soldados se situaban juntos mirando hacía el exterior.

Los pueblerinos se escondían en sus casas, como de costumbre.

Los Salvadores entraron,siendo Raúl de los últimos.

Al verle evitaron poner muecas o expresiones de asco, haciendo excepción de Abraham que se aguantaba las ganas de reirse a carcajadas.

- Shane: ¿Qué te ha pasado?.

- Raúl: Esto es lo que pasa cuando de alguna forma u otra no obedeces a Negan. Cierto es, que hay cosas peores.

Walsh desvío el tema.

- Shane: Mis hombres os han dejado esa pila de cajas. Hay de todo como Negan quería.

Raúl miró en esa dirección y sonrió.

- Raúl: Estupendo. Ir cargando en la camioneta.

Sus soldados actuaron.

Raúl dejó escapar un ligero suspiro.

- Shane: ¿Ocurre algo?.

- Raúl: Pues mira Shane, sí.

El líder tragó duro.

- Raúl: Los Dixon, supongo que os acordareis de ellos, ¿no?.

Muchos asintieron.

Sus cuerpos se tensaron al escucharle hablar de sus amigos.

- Shane: Sí, por supuesto.

- Raúl: Bien, por casualidad no sabrás dónde están, ¿no?.

Mientras mantenían una conversación varios salvadores merodeaban por los perímetros de la comunidad.

- Shane: En el Santuario.

Raúl comenzó a reír desquiciado.

- Raúl: ¿Te estás riendo de mí?. *lo encara*. ¿Acaso me tomas por idiota?.

Ford quiso responderle pero prefirió manterse callado.

- Shane: No, ¿por qué iba a serlo?. *lo mira* ¿Se escaparon?.

La ingenuidad de Shane ponía de los nervios a Soler.

- Raúl: ¡No te hagas el tonto, Shane!. Más te vale qué me digas dónde están, antes de que lo lamentes. *dijo con frialdad*.

- Shane: Te he dicho que están en el Santuario.

Raúl desenfundó su arma y apuntó a Scott, apretó el gatillo de inmediato y el cuerpo inerte de este cayó al suelo.

Los alejandrinos sacaron sus armas, alerta, tensandose aún más.

Por sus cuerpos recorría la ira y la tristeza.