Descontrol

15 1 1
                                    


Raúl llegó con su grupo, los mismos Salvadores de siempre. Ni una más ni uno menos. Haciendo excepción de una figura inusual.

El comienzo de la entrega estaba yendo como las otras, con comentarios para molestar a los soldados de Alejandría, pequeñas y estúpidas bromas a estos, entre otras nimiedades.

Shane y el resto ya se acostumbró a sus actitudes incordiantes por ello, se limitaban a fingir sonrisas y hablaban siendo amables.

Por dentro deseaban destrozarles esas malcriadas bocas y romperles la cara hasta matarles. Suena sangriento y malévolo pero, esa gente se lo merece sin duda. O eso pensaban.

Los habitantes de la comunidad nunca salían de sus casas un viernes, de hecho se escondían como una hora antes de que llegarán.

Ellos eran puntuales, a la misma hora cada semana.

Y si se retrasaban o iban antes, ¿qué más da?.

Son Los Salvadores, los que llevan al toro tomado por los cuernos.

Muchos de los alejandrinos durante la duración de las maniobras con las cajas, actuaban como si no pasará nada. Hacían su vida normal, eso sí, sin hacer el mínimo ruido. No querian que supieran de su presencia.

Pues, Raúl nunca pasó más allá de aquella línea estúpida marcada por Shane.

Hasta ahora.

Una persona salió de su casa, cerrando la puerta despacio pero deprisa.

Sin nadie percatarse de su presencia, avanzó, teniendo que caminar un buen rato, hasta poder lograr llegar a la entrada.

Su casa estaba más en el fondo de la comunidad, prácticamente al lado de la enfermería.

Al este pasar frente a la casa de Sheyla, ésta se alarmó y temió que fuera a cometer una estupidez.

¿Quizás tenía que ver con lo qué días atrás le intentó decir?.

Ella se había negado a hacerle caso, ignoraba sus plegarias y se disponía a entrar a su hogar.

Bueno, Sheyla intentó hacerle señas incluso golpeando un poco el cristal de la ventana, para que su ex pareja fijará la vista en el.

Así fue, aunque al principio le costó percatarse.

Se acercó a la ventana a paso rápido y ella, al notar su presencia, la abrió pero no mucho.

- Sheyla: Vuelve a casa, Siddiq.

- Siddiq: No.

- Sheyla: Por Dios, no seas testarudo.

- Siddiq: Quizás si me hubieras escuchado me habrías detenido.

Esas palabras taladraron el corazón de la joven, y se quedaron incrustadas en su cabeza. Impidiendo que reaccionara.

Tenía la boca abierta y la movía, de una forma extraña, queriendo hablar y sin poder hacerlo.

Siddiq suspiró al verla así y por no tener respuesta.

Tomó una bocanada de aire, la miró a los ojos, dio media vuelta y retomó su rumbo.

Ella cerró la ventana, y apoyó su cabeza en el cristal, permitiéndose el lujo de derramar unas lágrimas.

- Negan: Siempre cumplen, por eso estoy aquí. *sonríe*.

Esa sonrisa heló la sangre a más de uno que la contempló.

- Negan: La verdad es que, Shane, me sorprendes.

- Shane: ¿Por?. *fingue curiosidad*.

- Negan: Después de lo que les hice al antiguo líder y a aquél intento de vaquero.

Another version of The Walking Dead.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora