Another version of The Walking Dead.

Insolencia

Eran aproximadamente las diez de la noche y algunos alejandrinos aún permanecían despiertos, ya sea en sus casas o por las calles.

Sheyla y Maggie no conciliaban el sueño, por ello la azabache fue a buscar a su amiga para salir a tomar el aire.

Erika estaba al tanto de todo, al igual que Hilltop, y desde su hogar, acostada en su cama junto a Dante, temía por sus amigos.

Se hallaban en un banco sentadas, charlando e intentando no pensar en aquella misión que llevaban a cabo personas importantes para ellas.

El pequeño Hershel les hacía compañía, estado en el regazo de su madre, mirando hacía el portón que se divisaba a lo lejos.

Ellas no eran las únicas que se preocupaban, claro.

En lo alto del muro se hallaba Tobin con Tyreese, haciendo la guardia.

De pronto comenzaron a ver vehículos a lo lejos y a escuchar el ruido que estos producían.

Temiendose lo peor, alertaron a todos los que estaban por allí, para que a su vez fueran casa por casa advirtiendo a la gente.

Asi que eso hicieron, Siddiq enseguida fue corriendo a buscar a su amada, viéndola con Maggie y Hershel.

Carl con Judith en brazos corrió hasta dónde Enid, para llevarla adentro de su casa y dejar a su hermana en sus manos.

- Enid: No vayas, quédate con nosotras aquí.

- Carl: Si pasa algo he de estar, puede que mi padre éste en peligro.

- Enid: Ten cuidado... *besó sus labios*.

- Carl: Y vosotras.

Dejó un beso en la frente de la pequeña y salió con su arma en mano.

Tobin reunía a los soldados que Spencer había entrenado, con ayuda, por si algún día ocurría algo así.

Siddiq llevó a Maggie, Hershel y a su novia a su hogar, poniendo a salvo sus vidas.

- Sheyla: Quédate.

- Siddiq: Ya sabes qué no solo soy enfermero.

- Sheyla: Lo sé... por favor, ten cuidado.

Siddiq dejó un corto beso en sus labios, y agarrando con firmeza su arma salió a reunirse con el resto.

Los soldados ya estaban detrás del portón con sus armas preparadas y en estado de alerta, mientras que los ciudadanos se hallaban fuera de peligro.

Eugene junto con Tara y Denise habían ido a la sala dónde la radio estaba, para advertir al Reino, a la vez que Tara avisaba por walkie-talkie a Jesús.

- Tara: No hagan nada si no es necesario, aún esas personas no han llegado.

- Jesús: Por el amor de Dios, tengan cuidado.

- Tara: Tranquilo, no es la primera vez que me pasa algo similar.

Los vehículos ya habían aparcado, bajándose entre unos ciento cincuenta o trescientos soldados.

Tobin estaba al mando, en la ausencia del líder,por ello abrió las puertas.

- Tobin: ¿Quiénes sois?.

El que conducía el coche negro salió y dio media vuelta para abrir la puerta del copiloto, y permitiendo que saliera Negan.

- Negan: Somos Los Salvadores.

Con una señal realizada por él,salió el joven Raúl, que seguía mirando el interior, hasta sacar a un asiático que les era familiar. Pues no era otro que Glenn. Solo que está vez no le ponía el cuchillo en el cuello.