Capítulo 90

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Alya estaba sentada en el suelo, en medio de las tumbas de Glenn y Abraham.

Después de todas las personas que había perdido, estaba acostumbrada a no tener cerca las tumbas de sus amigos. Esperaba que en este caso le ayudara, o le diera cierta claridad.

Llevaba en su mano derecha su encendedor, y en la izquierda la nota que le había hecho a Daryl. Maggie tenía razón, las comunidades no podían perder más gente en esta guerra, necesitaban cada alma que estuviera dispuesta a pelear.

Suspiró, había hecho un trato y si había algo en lo que ella creía era en su palabra.

Le prendió fuego a la esquina del papel y lo dejó con cuidado en el suelo. Lo vio como poco a poco empezaba a arder destruyendo cualquier idea de huir.

Comenzó a escuchar a alguien acercándose por la derecha, al subir la mirada descubrió a Rick.

Llevaba la misma ropa que anoche, así que al verlo solo se levantó bajando disimuladamente la manga de su brazo izquierdo para cubrir la venda. Su padre ya tenía suficientes preocupaciones, no quería darle más.

-Hola, cariño.- le dijo su padre antes de abrazarla con fuerza.

Alya le regresó el abrazo y por un momento, un instante, se sintió a salvo.

Quería preguntar qué había pasado, cómo había pasado, pero no lo hizo. No era el momento.

-Traigo esto...- dijo Rick sacando una hoja de su mochila.

-No... no puedo.- dijo Alya, era la nota de Carl.

-No tienes que leerla aún.- le explicó.- Pero debes tenerla.

No quería hacerlo, era como aceptar que se había acabado, que se había ido. Era aceptar que le había fallado a una de las únicas personas que debía proteger sin importar nada.

Pero aún así, logró tomarla.

-Hay una para Enid...- dijo Alya recordando.

-Lo sé, ya se la di.- respondió Rick.

Su hija asintió con la cabeza, al subir la mirada se dio cuenta que Daryl se acercaba. Estaba segura que quería hablar con Rick.

-Estaré adentro.- se despidió de su padre.

Comenzó a avanzar para salir, al caminar al lado de Daryl, él solo le tomó por un segundo la mano y ella le asintió con la cabeza.

No quería atosigarla, o forzarla a hablar con él. Solo le decía: "Estoy aquí", a su manera.

Caminó hasta dentro de la casa, y entró a la oficina de Maggie.

Sabía que no estaba dentro, de la misma manera que sabía que nadie la molestaría ahí. Cerró la puerta detrás suyo y se sentó en uno de los pequeños sillones en medio del cuarto.

Miró la carta por un rato, no estuvo segura de cuanto, pudo haber sido un minuto, o diez.

No tenía nada especial por fuera, solo decía "Alya". Pero aún así era intimidante.

Finalmente la abrió y extendió la hoja. Tenía que leerla, sin rodeos y sin excusas. Y tenía que haverlo lo antes posible.

Tomó aire antes de empezar.

"Hola, Alya.

Cuando leas esto, ya debió haber pasado, y lo siento. En este momento debes desear que las cosas fueran diferentes; te conozco lo suficiente para estar seguro de que tomarías mi lugar si pudieras, pero está bien. Aunque no lo creas, estarás bien, lo sé.

What once was || TWD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora