Capítulo 135

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Después vino el sonido.

En el momento que empezaron a escuchar a uno, fue imposible ya no notarlos.

Alya mantuvo la mirada enfrente.

-¡Formación!- ordenó Aaron.

Los escudos sonaron al ponerse en guardia.

Los primeros caminantes ya eran visibles, pero no fue hasta que empezaron a llegar al cable electrificado que había puesto Eugene que se sintió real.

El cable estaba posicionado a la altura suficiente para cortarle la cabeza a un caminante promedio, pronto continuaron escuchando como si algo hiciera corto y veían destellos de luz.

Alya pudo sentir el olor a carne quemada.

Eventualmente los caminantes tiraron el cable, eran demasiados para que este les pudiera dar batalla.

El sonido se hacía cada vez más fuerte.

La castaña volteó con Daryl, quien sostenía un arma peculiar en su mano.

-¿Morningstar?- le dijo.- ¿En serio?

-¿Qué?- dijo Daryl sonriéndole del lado.

Alya era consciente de que no estaba al cien físicamente, estaba herida y no había dormido, pero había sobrevivido con peores posibilidades.

-¡Se está separando en dos!- indicó Aaron, gritando por encima del sonido de los gruñidos.- ¡Van a atacar! ¡A mi orden, sepárense! ¡Ahora!

Los escudos abrieron el camino, dándole paso libre a los arqueros de atrás.

-¿Vamos al enfrente?- preguntó Daryl.

-¿Por qué diablos no?- respondió Alya mientras comenzaban a avanzar.

Habían construido una "barricada" con ramas y alambre. No resistiría mucho, pero era algo.

Daryl sacó su morningstar y la balanceó en el aire, golpeando la cabeza de el primer caminante.

Alya mantuvo su distancia, no quería que la golpeara accidentalmente.

Guardó una espada por el momento, pero con la otra en la mano derecha comenzó a matar a los caminantes. Había mucho de donde elegir.

Se mantenía atenta a Lydia, quien no estaba muy lejos, pero como los demás, también se encontraba peleando.

Ezekiel, Jerry, Rosita, Eugene, Mary, Lydia y Luke eran unas de las personas que estaban al frente, peleando junto a la barricada.

-¡La cerca no va a resistir!- gritó alguien.

Pero nadie se detuvo.

Siguieron matando a los caminantes, así de rápido Alya ya había perdido la cuenta de cuantos llevaba, pero ni siquiera habían afectado a la horda.

De repente, algo cayó.

No estuvo segura de que fue o como, pero un liquido salpicó a varios. Ella y Daryl incluidos.

El primer pensamiento de la castaña fue que era ácido, pero no le quemó la piel. Era pegajoso e incómodo.

Más empezaron a caer, mojando a todos.

-¡Huele como árbol de navidad!- gritó Jerry. Tenía razón.

Pero entonces, una pequeña luz voló en el cielo nocturno.

Una flecha en llamas que de la nada incendió una buena parte de la barricada de madera. Prendió a un hombre que empezó a gritar de dolor.

Alya, Daryl y Ezekiel desviaron su atención un segundo de la horda para mirar las llamas.

What once was || TWD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora