What once was || TWD

Capítulo 102: AÑO 6, parte uno

-Baja los juguetes de la mesa.- le dijo Alya a Merle desde la barra de la cocina.

-Bien.- dijo Merle arrastrando la voz mientras ponía sus carritos en el suelo.

-¿En serio?- dijo su madre mirándolo.- Déjalos en su lugar.

-Pero voy a jugar con ellos después.

-Y los puedes tomar de ahí entonces.

-Voy.- dijo Merle bajándose de su silla.

Alya solo sonrió un poco mientras escuchaba sus pequeños pasos subir las escaleras.

Estaba terminando de cocinar, la pesca no era mala, considerando que solo eran tres, pero le estresaba un poco tener que depender de ella. No podían tener reservas de carne ya que no había manera de refrigerarla. La poca fruta que recolectaban tampoco duraba mucho y desde hace poco más de un mes sus cultivos ya no producían nada.

La primavera había terminado recientemente, así que Alya cayó en cuenta de que ya tenía 29 o 30 años, lo cual le afectó un poco.

Al inicio, cada día se sentía como un año entero, todo lo que tenían que hacer, como cuando perdieron la granja, que pasaban su tiempo moviéndose, o después de la prisión, que era una batalla diario. Nunca creyó extrañar esos días, pero de cierta manera, lo hacía.

No cambiaría la seguridad de Merle por nada, y a pesar de que aún batallaban por comida, era aburrido. No se atrevía a decirlo en voz alta, pero no lo sentía real.

Claro que no había manera de saber si realmente sentía eso o era porque estaba teniendo una crisis, pero estaba plenamente segura de una cosa: No podía seguir así.

Era momento de que volviera con sus amigos, los extrañaba, mucho, y especialmente desde su accidente se había empezado a preocupar. ¿Qué hubiera pasado si hubiera muerto? Negan cuidaría a Merle, estaba segura, pero su hijo merecía conocer a su demás familia, a Daryl, Michonne, Judith, Maggie, Rosita, Aaron... a todos.

Ahora solo estaba pensando como decírselo a Negan, ya que eso significaba mucho.

-Mierda, se siente un sauna allá afuera.- dijo Negan entrando, tenía una bolsa con las pocas frutas que había podido recolectar.- ¿Dónde está el hombrecito?

-Arriba.- contestó.- ¿Algo nuevo?

-Salvé unas seis manzanas.- dijo Negan.- Pero te traje algo.

Negan se acercó dejándole unas cuantas almendras en la barra de la cocina.

-¿Dónde las encontraste?- dijo Alya antes de comer una sonriendo del lado.

-Un hombre necesita tener sus secretos.- respondió Negan.- Aprovéchalas, no hay muchas.

-No hay mucho de nada hoy en día.- dijo Alya.- Más que muerte.

-Y mosquitos. Odio a esos bastardos.

Negan volteó un momento al oír los pasos de Merle bajando los escalones.

El pequeño caminó hasta la mesa y se sentó en su lugar.

-Hey, hombrecito.- dijo Negan mientras se acercaba buscando algo en su mochila.- Mira lo que encontré.

Sacó un par de carritos y los puso en la mesa jugándolos un momento.

-¿En serio?- dijo Alya mirándolo.

-¿Qué?- dijo Negan acercándose para ayudarle con los platos.

-Algunas veces siento que estoy cuidando dos niños.