Rick y Daryl estaban en el segundo nivel del pabellón C, discutiendo. Grimes le acaba de contar lo que pasó con Carol.
-¡¿No pudiste esperar a que volviéramos?!- preguntó Rick.
-¿A qué volviera Tyreese?
-Yo hubiera podido controlar eso.- dijo Daryl.
-Ella mató a dos de los nuestros.- trató de decirle Rick.- No podía seguir aquí. Estará bien. Tiene un auto, provisiones, armas. Sabe sobrevivir.
-No lo digas como si no lo creyeras.- soltó Daryl enfadado.
Rick esperó un momento antes de hablar.
-Fue ella. Dijo que lo hizo por nosotros. Está convencida por eso. No se arrepiente.
-Así es ella, pero no lo creo.- dijo Daryl.- ¿Qué vamos a hacer con esas dos niñas?
-Le dije que las cuidaríamos.- respondió Rick. Daryl apoyó la cabeza en el barandal.- Todavía no le conté a Tyreese. No sé cómo reaccionará.
-Vamos a averiguarlo.- dijo Daryl mientras comenzaba a bajar las escaleras.
Alya estaba en su celda, había subido antes de su padre y Daryl, pero al oírlos gritar sintió que no era buena idea salir de ella.
Estaba viendo las fotos, las tres que había tomado. Daryl, Hershel y Carl. Las guardó en su bolsillo y luego se acercó a uno de los cajones.
Lo abrió y movió un poco la ropa, descubriendo una botella de plástico entre ellas. En lugar de agua, estaba llena hasta la mitad con vodka. No había sido fácil de conseguir, pero le gustaba tenerla ahí.
La sacó y le dio un trago, cerrando un poco los ojos por el sabor, luego llenó el cartucho de su glock y tomó una bolsa guardando los papeles para fotos que tenía; salió de su celda y bajó las escaleras.
Entró a la celda de Carl, tomó la cámara y comenzó a caminar al edificio de administración, donde estaban los demás aislados, era momento de que volvieran a su pabellón principal mientras los demás terminaban de reponerse.
Abrió la puerta, y no tuvo que caminar mucho para ver a Beth, quien tenía un destornillador en la mano.
-¿Así recibes a una amiga?- preguntó Alya.
Beth sonrió y se acercó, luego la abrazó fuerte.
-Mi papá dijo que podían salir. Los infectados están aislados, y mejorando.
-Por fin.- dijo Beth.
Alya sonrió al escuchar el sonido de una bebé. Se separó de Beth y volteó a la derecha, Judith estaba ahí, mirándola desde su antigua cuna.
-Hola, cariño.- dijo Alya acercándose y levantándola en su brazos.- Te extrañé mucho.
-Ya no cabe en esa caja.- dijo Beth.
Alya miró a Judith tomando su manita. Luego le dio un beso en la frente.
-Parece que estás creciendo bien. Oh, cierto.- dijo recordando algo.- Sostenla por un minuto.
Beth asintió algo confundida, apenas su hermana estuvo en los brazos de su amiga, ella sacó su cámara.
-Sonríe.- soltó antes de tomar la foto.
-¡No!- dijo Beth.- Ni siquiera estoy arreglada.
-Te ves bien.- dijo Alya.- Para, ya sabes, vivir en una prisión. Muchas prisioneras te envidiarían.
-No creo que hubieran tenido tiempo para eso.- dijo Beth devolviéndole a su hermana.- No sobreviviría un día en una verdadera prisión.
Alya rio un poco.
-Vamos, tu familia estará feliz de verte.
-Claro, solo déjame llamar a los demás niños.
-Y, Beth.- dijo Alya.- Muchas gracias por mantenerla a salvo.
-No tienes nada que agradecer.- contestó Beth.
Alya y Beth salieron junto a los niños del edificio de las oficinas y se adentraron a los pabellones de la prisión.
Carl se acercó a su hermano mientras sostenía a su hermanita, él se acercó de inmediato para sostenerla, Beth se acercó a Maggie. Eran los únicos dos en el área de descanso. Los niños se fueron a con sus familias a sus respectivos pabellones.
-Hola.- dijo Carl acercándose, tenía un asiento de auto para bebé consigo, donde luego ponían a Judith.
-La extrañaba.- dijo Alya poniéndola en el asiento.
-Y ella a ti.- dijo Carl.
Alya sonrió y abrazó a su hermano por un momento mientras veían a Judith, quien insistía en tratar de llevar su pie a su boca.
Ella estaba a punto de decir algo, pero lo olvidó al sentir como si el suelo se moviera.
El primer segundo pensó que se había mareado, el segundo pasó por su mente estar borracha.
-¿Qué fue eso?- preguntó Carl cuando el estruendo terminó.
-Una explosión.- contestó Alya.- Afuera.
Maggie, Beth, Carl y Alya salieron corriendo de la prisión lo más rápido que sus piernas se lo permitían llegando al patio.
Se encontró con su padre, Daryl y Tyreese llegando también al patio.
Apenas llegaron a la reja que separaba las instalaciones del patio, pudieron tener una vista del exterior de la prisión.
Contaba seis autos afuera la valla. Y en medio de ellos, un tanque con un hombre encima.
Un maldito tanque.
-¡Rick! ¡Ven hasta aquí!- gritó el hombre.- Tenemos que conversar.
Alya sintió unos escalofríos, seguidos de una inmensa rabia que la había consumido durante meses al reconocer la voz del hombre. Era Philip, el Gobernador.
Ella, Maggie, Daryl, Beth, Tyreese, Sasha, Bob y Carl estaban ahí. Viéndolo desde detrás de la reja sin lograr creerlo. El Gobernador venía con bastantes personas, y todas portaban armas grandes.
-No depende de mí.- respondió Rick gritando.- Ahora hay un concejo. Ellos están al mando.
-¿Hershel está en el concejo?- preguntó el Gobernador y luego le hizo una señal a una mujer.
Alya entendió como era que el Gobernador conocía ese nombre cuando vio a su antiguo amigo salir de una de las camionetas arrastrado por la mujer. La respiración de las hermanas Greene aumentó.
-¿Y Michonne?- preguntó el Gobernador.- ¿También está en el concejo?
Michonne bajó de la misma camioneta arrastrada por un hombre, ambos amigos tenían las manos atadas a la espalda.
-¡Ya no tomo las decisiones!- le trató de decir Rick.
Arrodillaron a Hershel y Michonne a unos cinco metros delante del tanque, la mujer se quedó de pie a la derecha, junto a Hershel, y el hombre a la izquierda.
-Hoy sí las tomarás, Rick.- contestó el Gobernador.- Ven hasta aquí. Conversemos.
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What once was || TWD
Fiksi PenggemarAlya Grimes, la hija mayor y rebelde de Rick comienza una travesía cuando los muertos dejan de quedarse como deberían. Muy pocas cosas en esta vida valen la pena, para ella, esta era la realidad mucho antes de que los muertos comenzaran a caminar. ...