What once was || TWD

Capítulo 136

Daryl y Rosita caminaban hasta delante de un pequeño grupo.

Entre ellos estaban Nabila, Jerry, Dianne y otros 4 habitantes más de Hilltop.

Nabila había sido herida por el fuego, y aunque Jerry le estaba ayudando a andar, no se había detenido en buscar a sus hijos.

Rosita al menos estaba algo tranquila al saber que Coco estaba a salvo en Alexandria, pero se preocupaba por los demás niños, y por Alya. Nadie la había visto desde la pelea, ni siquiera sabe adónde corrió. O si lo hizo.

Miró a Daryl, quien también estaba bastante preocupado.

-Nabila está preguntando por sus hijos.- le dijo.- ¿Estás seguro que estarán ahí?

-Ezekiel se supone que los llevaría allá.- respondió no muy convencido.

Después de seguir avanzando por un rato, llegaron a unas casas.

No eran más de 4 y por supuesto no estaban en buen estado, además de ser pequeñas. Aunque servían para pasar la noche.

Pero la pequeña esperanza que tenían de ya ver a sus niños se arruinó al ver un caminante salir de una cabaña.

Daryl de inmediato corrió hacia adentro. Dianne se encargó de dispararle al caminante, así que él ni siquiera se molestó en mirarlo.

Rosita se quedó afuera, asegurándose de que ningún otro padre entrara. Si las cosas salieron mal y ellos estaban adentro... Ningún padre necesitaba ver eso.

Cuando Daryl salió solo negó con la cabeza.

-No están aquí.- le indicó.

Nabila sintió como si le aplastaran el corazón.

-¿Seguro que es aquí?- preguntó Rosita.

-Sí.- contestó.

-¡Mis bebés!- dijo Nabila empezando a sollozar.- ¿Dónde están mis bebés? No.

Jerry la tomó del rostro, tratando de consolarla.

-Amor, están con Ezekiel.- le recordó.- ¿Sí? Están con el Rey.

-Vamos, sepárense.- indicó Daryl.

-Los voy a encontrar.- le aseguró Jerry a su esposa.

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-Earl, ¿crees que estamos a salvo aquí?- preguntó Judith.

-Sí, no se preocupen. No dejaré que nada les pase.- aseguró.

-¿Crees que Ezekiel esté bien? Había mucho humo y no podía ver bien, luego ya no pude ver nada.

Cuando el Rey fue a sacarlos, hubo un momento en el que se perdieron. De repente ya no podían verlo ni a Merle. Judith hizo lo posible para que ningún otro niño se separara, y fue cuando Earl los encontró.

Estaba manchado de sangre, y aunque estaba asustado, se encargó de sacar a los niños solo.

Los guio hasta una cabaña pequeña. Podían escuchar a los caminantes afuera.

Había sido una larga y fría noche, pero ahora que el sol había salido se sentían mejor.

Debido a la cantidad de muertos afuera, Earl pensó que no podía arriesgarse a salir, matarlos y luego continuar con los niños. Lo mejor que podían hacer era esperar a que llegaran los refuerzos.

Earl se acercó a Judith, tomándola de los hombros.

-Vendrá aquí, cariño.- le dijo.- Vendrá. Es uno de los hombres más valientes que conozco. ¿Está bien?