Capítulo 41

1.8K 145 11
                                    

El Gobernador se acercaba a la prisión junto a el pueblo de Woodbury, venían en al menos media docena de camionetas militares, todos armados y buscando sangre. Todos alimentados por una sed de venganza inducida por su líder.

Lanzaron una bomba a una de las torres vigías y abrieron fuego contra la otra antes de siquiera cruzar las rejas, si alguien estaba en alguna de ellas, ya estaba muerto.

Apenas entraron al patio, comenzaron a disparar con todo lo que tenían. Lanzaron otra bomba contra la torre tres y dispararon a los pasillos y jaulas destrozando las barricadas de madera.

Una vez dejaron el patio entraron al lugar a pie. No había nadie esperándolos. De hecho, nadie les había devuelto el fuego.

Ahora se prepararon para entrar al área de descanso conectada con el pabellón.

Avanzaban en silencio, notando que de nuevo, no había nadie. No había nada. Revisaban las celdas sin encontrar ni una prenda.

Martínez miró al Gobernador negando con la cabeza. Se habían ido. El Gobernador entró a una celda mirando algo que llamó su atención, una biblia. En ella había un versículo subrayado.

"Y saldrán de ellas; los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida; los que hayan hecho el mal resucitarán para el juicio."

Lanzó el libro a un lado y salió del pabellón volviendo al área de descanso.

Fue cuando escucharon un pequeño ruido proveniente del pasillo de las calderas.

-Dame una linterna.- dijo el Gobernador.- Divídanse. Tú ve con un grupo por allí. Tú, forma un grupo y sígueme.

Se adentraron al otro pabellón.

Alumbraban con linternas los oscuros pasillos del lugar, avanzaban en silencio y con las armas listas, cualquier cosa los haría disparar.

El sonido de una puerta rechinando los hizo voltear, indicándoles una dirección.

-Por aquí.- le señaló el Gobernador al grupo que lo acompañaba.

Mientras avanzaba aumentó sus sentidos lo más que pudo, podía escuchar la respiración agitada de algunos de su pueblo. Él pensaba que estaban asustados. Que eran débiles.

Fue cuando doblaron un pasillo, que una granada de humo cayó. Hubo disparos entre los gritos de la gente.

-¡No pierdan terreno!- les ordenó el Gobernador.

Unas alarmas de la prisión comenzaron a sonar debido al humo, la mayoría del grupo comenzó a regresar corriendo por donde habían venido.

Mataron a unos caminantes, pero salieron de nuevo al patio.

Una vez estaban ahí, Glenn, quien vestía uno de los trajes de policía, comenzó a dispararles desde uno de los pasillos con barricadas de metal.

-¡Lárguense de aquí!- les advirtió.

Muchos comenzaron a alejarse sin dejar de gritar, estaban aterrados. Maggie comenzó a disparar de nuevo desde el otro pasillo.

El grupo del Gobernador se empezó a largar. Algunos trataban de regresar el fuego, pero era demasiado el pánico entre ellos.

Se subieron a las camionetas los más que podían y estas arrancaban alejándose más rápido de lo que habían llegado.

Se estaban retirando de la prisión.

Un chico de no más de 20 años quedó separado y comenzó a correr al bosque. Corría alejándose, pero fue entonces cuando alguien salió frente a él.

What once was || TWD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora