Capítulo 35: Peleas familiares

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Daryl y Merle veían alrededor. Alya observaba a los hermanos sintiéndose inútil, no podía ayudarlos.

Vio como Andrea trataba de acercarse al Gobernador, pero unos hombres la detuvieron.

-Déjalos ir.- le dijo.

-Andrea.- dijo Alya tratando de zafarse. Ella la miró.

-¡Son mis amigos!- dijo Andrea.

-Ya no depende de mí.- contestó el Gobernador.- El pueblo ya habló.

-¿Qué?- dijo Andrea confundida.

El Gobernador subió el brazo señalando a Merle.

-Te pregunté donde estaba tu lealtad.- empezó. Un hombre, él mismo que cargaba la ballesta de Daryl, se acercó a soltar al hermano menor.- Dijiste que aquí. Pruébalo. Demuéstranos a todos. Hermano contra hermano. El ganador se queda a la chica, y se gana su libertad.

Se escucharon gritos de aprobación por las personas.

-Pelearán hasta la muerte.

-Philip, por favor... no lo hagas.- dijo Andrea.- ¡No lo hagas!

Alya miró a los hermanos, Merle la miraba fijamente, ella quería creer que trataba de decirle algo, pero no podía descifrarlo. Luego volvió la vista a su hermano.

Una parte del público alababa a Merle, gritaba su nombre como si fuerza un partido de fútbol.

Merle miró a Alya e hizo una mueca rápida, demasiado para cualquiera que no lo mirara fijamente. Una sonrisa. Entonces ella entendió.

-¡Todos me conocen!- le gritó Merle al público.- Haré lo que tenga que hacer para demostrar...

Se dio la vuelta soltándole un puñetazo a Daryl en el estómago, suficiente para que Daryl cayera del lado.

Alya apartó la mirada por un momento, no quería ver eso, pero luego la regresó. Tenía que ser fuerte.

-...¡que debo mi lealtad a este pueblo!- gritó Merle pateando a Daryl.

Lo golpeó varias veces más, Daryl rodaba en el suelo hasta que topó con un bloque de cemento. Entre los golpes, Alya escuchó el gruñido de caminantes, luego se tensó al ver que cuatro hombres traían a un caminante cada uno, usando un bastón de metal.

En cuanto Merle se acercó a Daryl para golpearlo de nuevo, su hermano menor le soltó un golpe en la quijada haciéndolo retroceder. Luego se puso de pie. Se abalanzó sobre él, Merle lo mandó de nuevo al suelo. Se puso encima mientras Daryl trataba de mantenerlo alejado poniendo sus manos en su cuello.

Los cuatro hombres los rodeaban sin soltar a los caminantes.

-¿De verdad crees que este imbécil te dejará ir?- preguntó Daryl.

-Sígueme el juego, hermanito.- respondió Merle en voz baja.- Los tres nos largaremos de aquí ahora mismo.

Merle levantó a Daryl, luego los Dixon se pusieron espalda con espalda, listos para luchar juntos con los caminantes y todo lo que se les pusiera enfrente.

Al verlos así, unidos, Alya no pudo evitar sentir alivio. Incluso en la situación en la que se encontraban, Merle y Daryl se habían encontrado de nuevo, así solo fuera por unos minutos, morirían peleando juntos. Sonrió orgullosa, tomando las fuerzas necesarias para impedir que alguno de sus amigos muriera esa noche.

Luchaban tratando de apartar a los caminantes, lanzándolos a la multitud y golpeándolos a puño limpio.

Fue cuando Alya escuchó un disparo.

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