What once was || TWD

Capítulo 20: El debate

Alya estaba dentro del granero. Observando.

Daryl no la había notado, ni siquiera Randall. Se escabulló para ver que podía conseguir de información por una de las puertas traseras.

Daryl golpeó de nuevo a Randall, haciendo que cayera al suelo. Él tenía las manos atadas a la espalda, su rostro estaba hinchado por los golpes. Daryl lo golpeó dos veces más.

-Ya te dije...- siguió Randall.

-¡No me dijiste una mierda!- dijo Daryl sentándolo de nuevo.

-Casi ni los conozco, nos encontramos en la carretera.

-¿Cuántos hay en tu grupo?

-No.- dijo Randall.

Daryl sacó sus cuchillo de la funda.

-No, no, no. Por favor, amigo.- rogó Randall.

Daryl se acercó clavando su cuchillo cerca de su pierna.

-¡¿Cuántos?!

-30. Son 30 tipos.- dijo.

-¿Dónde?

Randall dudó. Daryl quitó la gasa de su herida de golpe, él gritó.

-¡No lo sé, lo juro! No nos quedamos más de una noche.

Daryl puso su cuchillo sobre los puntos de Randall.

-¿Andan explorando? ¿Quieren asentarse?- preguntó.

-No lo sé, me abandonaron.

-¿Nunca te cortaste una herida?

-Por favor, quiero cooperar.- dijo Randall.

-Al principio, es lento.- dijo Daryl.- Y luego, quieres arrancártela.

-¡Está bien! Está bien. Tiene armas, de las grandes, automáticas. Pe- Pero no hice nada yo.

-Les dispararon a los míos, quieren tomar la granja. ¿Tú nada más los acompañabas? ¿Eres inocente?

-¡Si!- gritó Randall.­- Estas personas me tomaron, no solo hombres, todo un grupo.- Daryl se levantó alejando su cuchillo.- Mujeres, hombres, niños, como ustedes. Creí que tendría más chances con ellos. Salimos a buscar provisiones... solo los hombres. Una noche, encontramos un campamento. Un hombre y sus dos hijas. Dos adolescentes. Jóvenes. Muy bonitas.

Alya notó como la mirada de Daryl cambió.

-Su papá tuvo que mirar mientras estos tipos... Y no lo mataron después. Lo hicieron mirar mientras sus hijas... Y lo dejaron ahí. No, pero yo no las toqué, a las chicas. No, juro que no...

Daryl le dio una patada.

-¡No! Por favor... Por favor, tienes que creerme. No soy como ellos. Yo no soy así. por favor, tienes que creerme.

Daryl lo pateó de nuevo, luego comenzó a golpearlo.

Alya se escabulló en silencio y salió por la parte de atrás del granero para regresar al campamento.

Llevaba un pantalón verde militar, una playera de botones blanca, se dobló la manga hasta después de los codos. Esta vez tenía el pelo suelto. También llevaba unas botas.

Al llegar al campamento, los demás estaban reunidos.

Fingió haber estado ahí todo el tiempo cuando Daryl llegaba.

-Está con un grupo de 30 hombres.- dijo.- Tiene artillería pesada y no buscan amigos. Si llegan hasta aquí, estamos muertos. Y las mujeres querrán estar muertas.