Capítulo 274

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Narra Malú

- Suerte esta tarde.

Dejo un beso corto pero cargado de cariño en sus labios.

+ Gracias.

- Llámame al salir.

Le pido. La reunión en Sony es importante.

+ Sí.

- Te quiero.

Le recuerdo cariñosa y me bajo del coche para entrar a casa. No me quiero separar de él ni un ratito hoy, pero ha sido imposible postergar todas las obligaciones.

+ Yo a ti.

Me mira entrar y escucho el motor alejarse cuando cierro la puerta. Lo primero que hago es saludar al zoo y luego vuelvo a darme una ducha y cambiarme de ropa. Lo necesitaba. Ya arreglada lleno los cuencos de mis bichos y salgo otra vez. Manu me espera fuera. Aprovecho el trayecto para llamar a mi madre y contarle todo lo que ha ocurrido en estas horas. No puede evitar advertirme que vaya con cuidado, pero agradezco también su incondicional apoyo.

Me mantengo tan ocupada como pendiente del móvil, que sobre las seis de la tarde se ilumina con su nombre en mi pantalla.

- Hola, ¿qué tal ha ido?

+ Bien.

Suelta el aire que estaba reteniendo.

+ Muy bien.

Intuyo una sonrisa que se me contagia.

+ Se han alegrado de que he cancelado el viaje y mantengo mi puesto.

- Eso es estupendo.

+ Sí, además me han dado más responsabilidades y aunque me asusta un poco, también mola.

Me cuenta entusiasmado.

+ Quieren que haga aquí la propuesta que presenté en Miami.

Ayer me contó un proyecto interesante que se le ha ocurrido.

- Que guay.

Celebro con él.

+ ¿Tú como vas?

- Acabo dentro de una hora o así.

+ ¿Te recojo para ir a casa?

Dudo por unos instantes. Mañana Eva vuelve al colegio y sé que Mateo debe estar presente, pero entre la noche de ayer y los conciertos de la semana pasada apenas he parado por casa.

- Vale.

+ ¿No te apetece?

- Sí.

+ No lo pareciera.

- Mateo, apenas he estado en mi casa.

Le explico cansada.

- Agosto fue una puta locura.

No estábamos juntos, pero sé que lo sabe. Gran parte del mes todavía me mandaba flores diariamente, sin importar en qué rincón de nuestra geografía me encontrase. Solo estamos en la primera semana de septiembre y aún no me repongo de la vorágine del último tiempo.

- Pero me apetece estar contigo.

Aclaro con vos mimosa.

+ ¿Estas segura?

- Chi.

+ Genial. ¿Te apetece algo en particular para cenar?

Me río traviesa, contagiándole.

+ Hablo de comida, pervertida.

- Algo ligerito.

Pido aún riendo.

+ Vale. Te veo en un rato.

- Mateo...

Reclamo su atención antes de colgar.

+ Dime.

- ¿Vas a venirte conmigo este fin de semana?

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora