M: A ver Lumi...
Me mira sorprendido.
M: ¿Me estás diciendo que soñaste con un tipo que no conoces y que te has enamorado de él?
Asiento apretando los labios.
M: ¿Te estás quedando conmigo?
- Ojalá.
Suspiro.
- No te pido que me entiendas, Melen.
Come to agobiada.
- Si ni yo puedo hacerlo.
Admito.
- Pero es lo que me pasa, y no sé si seguir intentándolo con Sebas e irme a miles de kilómetros de aquí, sola con él... o dejarle.
M: ¿Malú, tú te estás oyendo?
Pregunta flipando.
M: ¿Cómo vas a dejarlo con el tronco por el que lo das todo por un maromo que no existe?
Sus palabras tan precisas son un golpe de realidad. Se me ha ido la olla.
- ¿Me das un piti?
Le pido chasqueando que la lengua, me he acabado los míos y aunque sabía que debía ir a por más, me he olvidado de parar esta mañana y necesito nicotina con urgencia.
M: No te vayas si no es lo que te apetece.
Retoma nuestra conversación soltando el humo de su cigarro.
M: Pídele un tiempo si lo que necesitas es pensar.
Continúa.
M: Pero no te jodas la vida corriendo tras una persona que no existe.
- Ya.
Doy una profunda calada. Lleva razón.
- Voy a irme con Sebas.
Anuncio.
- Creo que me hará bien pasar más tiempo con él, recuperar el romanticismo y estar lejos unos días... en nada estaré otra vez aquí.
M: Haces bien.
Reflexiona.
M: O podrías dejarle y quedarte conmigo.
Propone gracioso tras unos segundos de un cómodo silencio. Siempre hemos dicho que podríamos ser la pareja más bonita del mundo, lo único que tenemos en contra es que nos queremos demasiado, pero no nos amamos suficiente.
- Follando de día y echando polvos de noche.
Vacilo con guasa.
M: Voy a robarte el pasaporte.
Bromea encantado con mi idea, yo me echo a reír.
- Gracias, Melen.
Le abrazo.
- Por ser mi cable a tierra.
Contesto a la pregunta que solo me hicieron sus ojos.
M: Disfruta de Miami y de tu modelito guapo.
Vuelve a llamarle de esa forma graciosa.
- Te veo en dos semanas.
Le amenazo con el dedo. Cantará conmigo en la próxima parada del tour.
M: ¿Cuántas veces, cuantas veces?
Canturrea con voz infantil, haciéndome de rabiar. No paro de repetirle la ilusión que me hace subir con el a cantar este tema que compusimos juntos.
- Pesado.
Me abrazo a él para despedirme. Se nos ha ido la tarde y tengo que volver a casa a terminar los últimos detalles para luego cenar con mamá y José. Mañana partimos pronto.
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Todos los secretos (Segunda parte)
Roman d'amourUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar