Narra Mateo
Para mí sorpresa la puerta se abre a la primera. Un segundo después veo salir a Verónica a mi encuentro.
V: Joder, Malú tiene mala cara pero tú estás demacrado.
Si ella supiera lo que han sido estas dos semanas, y especialmente el día de hoy.
+ Hola Vero. ¿No quiere verme, no?
Más claro agua. Su amiga niega con un movimiento de cabeza.
+ Dale esto.
Le entrego una rosa.
+ No puedo quedarme.
V: Mateo, espera...
Me llama cuando doy la vuelta para subirme al coche.
V: Me preocupas.
Creo que es la primera persona de su entorno que repara en mí.
+ ¿No vas a decirme que soy un canalla, que me vaya de aquí y la deje en paz o que...?
V: No.
+ ¿Cómo está?
V: Mal... fatal.
+ La quiero, Vero.
Prometo.
+ No se que hacer para que me perdone.
Se encoge de hombros.
V: No dejes de intentarlo.
Me da algo de esperanza.
+ ¿Me odia? ¿Crees que tengo una oportunidad con Malú?
V: Pídeme lo que quieras, pero no que te hable de ella.
Contesta compasiva.
+ Está bien... gracias.
V: ¿Sabes que la semana que viene se va a México, verdad?
+ Sí.
Seguirle el paso profesional desde Sony no es difícil.
+ Ya veré cómo hacerlo cuando esté allí, ahora tengo que irme.
Anuncio. Estoy perdiendo minutos que no tengo. He venido aquí a cumplir mi promesa de seguir intentando recuperarla, pero no puedo permitirme más.
V: Vale.
+ Gracias, Vero.
Aprecio sus maneras.
Narra Malú
- Tírala.
Le pido a mi mejor amiga cuando aún está en la puerta. Agradezco que me hiciera el favor de salir ella y no obligarme a enfrentarme a Mateo.
V: ¿No vas a leerla?
Me enseña la carta que viene junto a mi rosa, e inhala su olor.
- No.
V: Vale.
Se mete a la cocina y un par de minutos después vuelve a sentarse en el sofá junto a mí.
V: No se le veía bien.
Me cuenta sin que yo quiera escucharlo, pero inevitablemente enciende mis alarmas.
- ¿Por qué?
Se encoge de hombros.
V: Llevaba prisa, me ha pedido que te entregue la flor, nada más.
- ¿Pero, le ha pasado algo?
Insisto alterada.
V: Que no lo sé, Malú. Si tanto te preocupas por él, llámale.
- ¿Te estas quedando conmigo?
La miro seria.
V: No, tía, pero es que no sé que le pasa, simplemente se veía mal. Igual es por ti.
Baraja aquella opción.
V: Pero la intuición me dice que ha pasado algo más.
Su comentario me pone de los nervios.
- No puedo llamarle, Vero.
Siento mis ojos encharcarse.
- Hazlo tu.
Suplico cuando una lágrima recorre mi mejilla.
V: ¿Estas tonta?
Me cede mi móvil.
V: Si quieres hablar con él, tienes que hacerlo tú.
- Porfa.
Le ruego sollozando.
- Pero del tuyo.
No se como consigo convencerla. Creo que simplemente ha visto mi cara de genuina preocupación.
V: No lo coge.
Yo misma corto por segunda vez consecutiva. Hemos usado el altavoz.
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Todos los secretos (Segunda parte)
RomanceUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar