Capítulo 272

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M: ¿Te diste en la cabeza al nacer o sos así de boludo por ser hombre?

La miro confundido, pero ella se ríe a carcajadas.

M: Tomá.

Me pasa una caja de tampones.

M: Y las presentaciones mejor las dejamos para otro día, porque si la pilló la regla en plena reconciliación debe estar como una loba en celo.

Valora divertida.

Narra Malú

+ ¿Mejor?

Me mira tiernamente cuando aparezco en la cocina. Me ha dejado tampones en el baño y el agua calentita me ha sentado bien.

- Chi.

Busco sus brazos mimosa. Me apetece tenerle cerquita todo el rato.

+ ¿Café?

Miro la bandeja que tiene dos tazas y unas galletitas.

+ Iba a hacer zumo de naranja.

- Con esto está bien.

Doy un trago a la taza humeante.

- Gracias.

Sonrío disfrutándole.

- ¿Cómo vas con todo lo que tenías que hacer?

+ El colegio de Eva está arreglado, mañana puede reincorporarse, en Sony tengo una reunión más tarde, y a Miami todavía no puedo llamar, porque allí es muy pronto.

- ¿Pero tú a qué hora te has despertado?

Me sorprendo al saber que ya tiene tanto avanzado y respuestas conseguidas.

+ A las siete.

- Pero, nene, no has dormido nada.

Le regaño. Sobre las cinco todavía estaba acariciándole el pelo mientras nuestras respiraciones recuperaban el ritmo tras el último asalto. Sonríe travieso.

- ¿Qué?

Pregunto confundida. No sé qué le hace gracia.

+ Me gusta cuando me llamas nene.

Ríe atrapando mi nariz con dos de sus dedos, juguetón.

- ¿Te he llamado así?

Su sonrisa se convierte en risa.

+ Varias veces.

Me sonrojo.

+ Y más me gusta que te salga natural.

Me encojo de hombros inocente. Sé que le encanta cuando dejo salir mi lado más cariñoso aunque no me exija nada, tan solo disfruta cuando eso ocurre, pero la que realmente se sorprende, porque es algo nuevo, soy yo.

Narra Mateo

Si pudiera me la comería a bocados. Es tan bonita descubriendo el amor, y nada me hace más feliz que ser yo el que le vaya enseñando este precioso sentimiento.

Apoyo mi mano derecha en su mejilla y luego me inclino a besarla, recorriendo su boca con mi lengua, y deseándola con locura.

E: ¿Sois novios?

Eva nos interrumpe entrando en la cocina con su inseparable muñeca y pelo desordenado. Aunque ayer sí fuimos cariñosos delante de la niña, no hemos querido regalarnos gestos que confirmen nuestro amor.

+ ¿Y tú por qué piensas eso?

Me separo rápido de mi chica que se apoya en el hueco de mi cuello.

E: Os estabais besando.

+ Ven aquí que ahora te doy un beso a ti.

La atrapó levantándola para llenarle la carita de besos y la tripa de cosquillas. Sus carcajadas resuenan por toda la casa.

E: ¡Basta, Mateo!

Patalea riendo.

E: ¡Para, para!

Me encanta su risa de niña.

E: No puedo respirar.

Protesta con lágrimas en los ojos de tanto reír.

+ Vale.

Acepto dejándola otra vez con los pies en el suelo.

+ ¿Te apetece desayunar?

E: Un Cola Cao.

+ Marchando.

E: No me habéis contestado.

Mira a Malú con admiración y la abraza con fuerza. Creo que todavía le cuesta entender que su ídolo empieza a ser muy cercana.

E: ¿Sois novios?

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora