Narra Mateo
Toco el timbre de su casa. La puerta se abre sin demoras y Eva aparece corriendo para abrazarse a mí.
+ Enana.
La cojo en volandas, haciéndola reír.
+ Pero que guapa estás.
Alguna de las dos se ha encargado de tenerle ropa limpia y peinarla con una trenza.
E: Malú no está.
Me informa.
E: Se ha despedido de nosotras porque tenía que salir.
+ Ya.
Resoplo. Debí suponerlo.
+ Hola Vero.
Saludo a su mejor amiga con dos besos.
+ Otra niña que no puede ir más guapa.
Hago unas cosquillitas en la tripita de Carla. Su risa de bebé es comestible.
+ He traído algo de ropa.
Le enseño un pequeño bolso con las cosas de Eva.
V: Estupendo. ¿La dejas en el coche?
Va bastante cargada con todas las cosas que acarrea de su hija.
+ Claro. Anda dándomelo todo, así te ayudo a colocarlo.
V: Gracias.
Acepta sin pegas.
V: Nosotras ya nos vamos.
Anuncia.
+ Te llamaré esta noche.
V: Todas las veces que quieras.
+ Vero, gracias por todo.
Sé que se lo digo a cada rato, pero es que de verdad esta mujer tiene el cielo ganado.
V: Suerte, Mateo.
+ Princesa, ven aquí a darme un abrazo a y llenarme de besos como solo tú sabes.
La recibo gustoso cuando vuelve corriendo a mí.
+ ¿Ah que vas a portarte súper bien?
E: Sí.
Promete.
+ Te quiero.
E: Yo más.
+ Eso es imposible.
E: Siempre dices lo mismo.
Refunfuña.
+ Eso es porque yo te quiero más.
Besa mi mejilla y la ayudo a acomodarse en el coche, revisando que lleve bien el cinturón de seguridad.
+ Adiós.
V: Mateo...
La miro dedicándole mi atención.
V: En el parque de la esquina.
Sonrío agradecido.
+ Como sigas haciéndome favores tendré que pedirte casamiento.
Bromeo haciéndola reír.
V: Igual te sorprende mi respuesta.
Me sigue el rollo guiñándome un ojo. Le gustan las tías, pero quien la merezca, será la más afortunada del mundo.
E: ¡Chao!
Se despide con la manita.
Narra Malú
- Venga, Dakoti, otra vez.
Lanzo una pelota y corre a por ella. He perdido la cuenta de cuántas veces lleva haciendo lo mismo.
- ¿Y vosotras, qué?
Las regaño cariñosa. Son unas sosas y están tumbadas junto a mi recibiendo caricias en sus barriguitas.
+ Aprovechan de tenerte cerquita antes de que te vayas.
Su voz contesta a mi pregunta, sentándose a mi lado.
+ Que seguro van a echarte de menos.
Deja dos rosas frente a mí en el césped.
+ Ayer no llegué a dártela.
Suspira mirándome inseguro.
- ¿Qué haces aquí?
+ Debí suponer que ibas a escaparte.
Hace el amago de rozar mi mano, que acaricia la tripa de Lola, pero la quito con prisa, dejándole el turno a Rumba.
- Podrías haber respetado mi ausencia.
Le recrimino. Sí, soy una cobarde y he decidido huir, pero es la única forma que tengo de hacerle entender que no quiero verle.
+ Por favor.
Me ruega.
+ Dame solo una oportunidad de demostrarte que te quiero de verdad, y que la persona de la que te enamoraste es el que soy.
- Mañana me voy a Mexico.
Me escabullo, sin sostenerle la mirada. Si lo hago voy a lanzarme a sus labios, o volveré a llorar por no hacerlo.
+ Ya... pero vas a regresar.
- Sí.
Confirmo poniéndome de pie.
+ Podemos hablar todos los días.
Propone imitándome.
- No, Mateo.
Le freno. Voy a irme, y haré todo por aprovechar la distancia para olvidarme de él.
- No me esperes.
Le recomiendo que se encuentre a otra mujer, puede que verle besar unos labios que no sean los míos consiga hacerme entender que no puedo estar con él.
- Hasta luego.
Tirando de las perras y con un nudo en la garganta me pongo a andar rumbo a casa.
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Todos los secretos (Segunda parte)
RomanceUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar