Capítulo 240

86 15 5
                                    

Narra Mateo

Toco el timbre de su casa. La puerta se abre sin demoras y Eva aparece corriendo para abrazarse a mí.

+ Enana.

La cojo en volandas, haciéndola reír.

+ Pero que guapa estás.

Alguna de las dos se ha encargado de tenerle ropa limpia y peinarla con una trenza.

E: Malú no está.

Me informa.

E: Se ha despedido de nosotras porque tenía que salir.

+ Ya.

Resoplo. Debí suponerlo.

+ Hola Vero.

Saludo a su mejor amiga con dos besos.

+ Otra niña que no puede ir más guapa.

Hago unas cosquillitas en la tripita de Carla. Su risa de bebé es comestible.

+ He traído algo de ropa.

Le enseño un pequeño bolso con las cosas de Eva.

V: Estupendo. ¿La dejas en el coche?

Va bastante cargada con todas las cosas que acarrea de su hija.

+ Claro. Anda dándomelo todo, así te ayudo a colocarlo.

V: Gracias.

Acepta sin pegas.

V: Nosotras ya nos vamos.

Anuncia.

+ Te llamaré esta noche.

V: Todas las veces que quieras.

+ Vero, gracias por todo.

Sé que se lo digo a cada rato, pero es que de verdad esta mujer tiene el cielo ganado.

V: Suerte, Mateo.

+ Princesa, ven aquí a darme un abrazo a y llenarme de besos como solo tú sabes.

La recibo gustoso cuando vuelve corriendo a mí.

+ ¿Ah que vas a portarte súper bien?

E: Sí.

Promete.

+ Te quiero.

E: Yo más.

+ Eso es imposible.

E: Siempre dices lo mismo.

Refunfuña.

+ Eso es porque yo te quiero más.

Besa mi mejilla y la ayudo a acomodarse en el coche, revisando que lleve bien el cinturón de seguridad.

+ Adiós.

V: Mateo...

La miro dedicándole mi atención.

V: En el parque de la esquina.

Sonrío agradecido.

+ Como sigas haciéndome favores tendré que pedirte casamiento.

Bromeo haciéndola reír.

V: Igual te sorprende mi respuesta.

Me sigue el rollo guiñándome un ojo. Le gustan las tías, pero quien la merezca, será la más afortunada del mundo.

E: ¡Chao!

Se despide con la manita.

Narra Malú

- Venga, Dakoti, otra vez.

Lanzo una pelota y corre a por ella. He perdido la cuenta de cuántas veces lleva haciendo lo mismo.

- ¿Y vosotras, qué?

Las regaño cariñosa. Son unas sosas y están tumbadas junto a mi recibiendo caricias en sus barriguitas.

+ Aprovechan de tenerte cerquita antes de que te vayas.

Su voz contesta a mi pregunta, sentándose a mi lado.

+ Que seguro van a echarte de menos.

Deja dos rosas frente a mí en el césped.

+ Ayer no llegué a dártela.

Suspira mirándome inseguro.

- ¿Qué haces aquí?

+ Debí suponer que ibas a escaparte.

Hace el amago de rozar mi mano, que acaricia la tripa de Lola, pero la quito con prisa, dejándole el turno a Rumba.

- Podrías haber respetado mi ausencia.

Le recrimino. Sí, soy una cobarde y he decidido huir, pero es la única forma que tengo de hacerle entender que no quiero verle.

+ Por favor.

Me ruega.

+ Dame solo una oportunidad de demostrarte que te quiero de verdad, y que la persona de la que te enamoraste es el que soy.

- Mañana me voy a Mexico.

Me escabullo, sin sostenerle la mirada. Si lo hago voy a lanzarme a sus labios, o volveré a llorar por no hacerlo.

+ Ya... pero vas a regresar.

- Sí.

Confirmo poniéndome de pie.

+ Podemos hablar todos los días.

Propone imitándome.

-  No, Mateo.

Le freno. Voy a irme, y haré todo por aprovechar la distancia para olvidarme de él.

- No me esperes.

Le recomiendo que se encuentre a otra mujer, puede que verle besar unos labios que no sean los míos consiga hacerme entender que no puedo estar con él.

- Hasta luego.

Tirando de las perras y con un nudo en la garganta me pongo a andar rumbo a casa.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora