Capítulo 264

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+ Puedo hacerlo aquí.

Beso la lágrima que resbala por su mejilla, limpiándola cargado de cariño. Abre los ojitos y me mira sin estar segura de lo que ha oído.

+ Antes de decidir volver a Miami pensé en todas las opciones.

Le explico.

+ Y traerlo a Madrid era una de ellas.

No da crédito a lo que escucha, pero se pone de puntillas, alcanzando mis labios como una leona que va a atacar su presa.

- Hazlo.

Me pide con la respiración entrecortada. Aquel beso nos ha dejado a los dos sin aliento.

- Quédate conmigo.

Sus ojitos suplicantes me matan de ternura.

- Yo te ayudaré con Alex.

Promete.

- Buscaremos los mejores centros de rehabilitación, y...

+ Sí.

La interrumpo. No necesito que diga más. Tan solo saber que me regalará otra oportunidad me confirma que Madrid es mi lugar. Junto a ella.

+ Te quiero.

Anuncio antes de volver a besarla.

- Yo también te quiero, Mateo.

Me mira intensamente, remarcando mi nombre.

+ Será mejor que lo hablemos.

Propongo incómodo. Aún me siento fatal por todo el daño que le he causado, pero no puedo permitir que su corazón albergue dudas o inseguridades. No permitiré más mentiras de ningún tipo y si está dispuesta a perdonarme, necesito asegurarme que no guarda ningún tipo de rencor o preguntas irresueltas. Prefiero ser yo quien conteste a cada una de ellas con la más absoluta verdad y tener la certeza de que pueda sentirse tranquila conmigo.

- No hace falta, pero nunca vuelvas a mentirme.

No sé si es una orden o una suplica.

- Porque no sé si podría volver a perdonarte.

+ Te juro que no hay más mentiras.

Clavo mis ojos en los suyos. Acepta mis respuesta y atrapo su carita con mis manos para volver a besarla.

+ Pero si tienes dudas quiero que me las preguntes, no que te quedes con la incertidumbre.

- ¿Lo sé todo?

+ Todo.

Confirmo. Ya no hay mas secretos. Vuelve a ponerse de puntillas y busca mis labios.

+ Te echaba tanto de menos.

- Y yo.

Nos quedamos en silencio. Mirándonos. Acariciando nuestros rostros. Besándonos. Deseando desnudarnos para convertirnos en uno.

+ ¿Sabes que igualmente tendré que viajar, verdad?

Después de largos minutos, rompo la magia del momento.

+ Tengo que traer a Alex aquí.

- Pero no hoy.

+ No hoy.

Repito dándole la razón y apoyando mi dedo índice en su nariz, en un gesto tierno.

- Y cuando tengamos todo arreglado, iré contigo.

Me hace sonreír.

- Voy a ayudarte a que tu hermano salga de ese mundo de mierda, y también a traerle a Madrid para conseguirlo.

Vuelvo a su boca. Es adorable.

- Vámonos de aquí.

Tira de mi mano soltando una risita fresca cuando alguien tose intentando hacerse espacio para entrar en el servicio.

+ Vamos.

Empujo el carro con las maletas mientras ella camina a mi lado. Los arrumacos y demostraciones de cariño no nos los daremos en Barajas.

E: Ahí están.

La pequeña corre hacia nosotros abrazando a Malú.

- Pero pequeñaja, cuánto tiempo.

Le corresponde al abrazo. Mi hermana la sigue detrás observándome inquisitiva hasta alcanzarnos. Sé que quiere acribillarme a preguntas y piques, pero le da corte delante de su ídolo.

+ Eva, ¿qué tal si en vez de volver a Miami, arreglamos todo para traer a papá aquí?

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora