Capítulo 326

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Sus amigos me caen mejor de lo que esperaba. Son cálidos y súper majos. Creía que solo iba a estar sentada junto a Sebastián sin apenas hablar con nadie. Soy tan tímida que me cuesta conocer gente nueva de esta manera, algunos piensan que soy borde cuando no puedo más de la vergüenza, pero ellos se han encargado de hacerme sentir cómoda y que el rato sea agradable.

Sebas pide otra cerveza y empieza a acariciar mi pierna cuando me mira de soslayo entretenida conversando con Serena. Sus manos suben por mi muslo semi desnudo hasta llegar casi a mi intimidad. Joder, ¿es que no ha sido suficiente lo de hace un rato en su casa?

Me disculpo con Serena y arranco excusándome que necesito usar el servicio. Una vez en el de mujeres me miró al espejo y necesito echarme un poco de agua. Tengo demasiados fantasmas merodeando por mi cabeza. Miro la hora en mi móvil y suspiro frustrada al verla, necesito llamar a Melen, pero a esta hora no va a cogérmelo. Está en el estudio. Me seco el exceso de agua y me tomo unos momentos más para pensar en cómo comportarme ahora. No quiero volver a la casa de Sebastián y verme obligada a follar.

S: Tía, ¿estás bien?

Serena se cuela en el baño.

- Si, ¿por qué?

Me hago la desentendida.

S: Pues te has parado súper rápido y te estás tardando demasiado.

Se explica.

S: No nos conocemos de nada, pero parecías incómoda.

Resoplo. ¿Tanto se me nota?

- Me estaba meando.

Contesto pretendiendo ser graciosa. Sonríe aceptando el argumento y me pregunta si estoy lista para volver.

- Salgo a fumar.

Niego.

S: Soy asmática, no puedo acompañarte.

Se excusa.

S: Pero ya le digo a Sebas que salga.

- ¡No!

Exclamo apurada.

- No hace falta.

Sonrió falsamente y algo nerviosa.

- Estaré aquí nomas.

Le cuento. No pretendo moverme muy lejos de la puerta del bar.

- Además, a él tampoco le gusta que fume.

Esbozo otra sonrisa.

- Así aprovecho y llamo a mi madre, que aún no hablo con ella desde que llegamos a Miami.

S: Vale.

Acepta dejándome por fin en paz. Me dirijo a la salida y cuando el aire fresco me pega en la cara no tardo en refugiarme en la nicotina. ¿Cómo voy a salir de esta?

?: Que hace una chica sola fumando fuera de un bar.

Una voz masculina me abstrae de mis pensamientos.

- Fumar.

Contesto con obviedad levantando un poco más mi mano para que vea el piti.

?: ¿Y ninguna de tus amigas puede acompañarte?

No está bien que una chica esté sola por la calle.

Lamentablemente no puedo quitarle la razón, pero no estoy con mis amigas, estoy con los amigos de mi novio, es él el problema y necesitaba estar sola, sin nadie que haga más ruido que mi cabeza, pero eso no voy a decírselo.

- Esta lleno de gente aquí.

Contesto. La calle es bastante transitada y hay varias personas entrando y saliendo del bar.

?: Pero tú sigues estando sola, aunque esté lleno de gente.

Sonrío. Lo estoy, y así me siento en esta ciudad.

?: ¿Puedo acompañarte hasta que entres otra vez?

- ¿Puedo negarme?

?: Claro.

- Entonces no.

?: Tengo una mala noticia que darte.

- A ver...

?: Estas en la vía pública. No puedes echarme, y yo no pienso irme hasta que te vea entrar y asegurarme que estás bien acompañada.

Su caballerosidad mezclada con su humor me roban una risita.

- Vale.

Acepto calando de mi cigarro.

?: ¿Vas a contarme que haces aquí tu sola?

- ¿Vas a dejar de hacerme preguntas todo el rato?

?: Solo cuando me contestes.

Una curva vuelve a formarse en mis labios.

- No me apetece estar con el grupo que vine.

Confieso tras pensar mi respuesta.

?: Eso se soluciona fácil. Te invito a una copa allí.

Señala el bar del otro lado de la calle.

?: Solo a una, ¿eh?

Advierte.

?: Hasta que empiecen a echarte de menos.

Dudo por unos segundos. Por muy amable que es el chaval, sigue siendo un completo desconocido, pero ¿Qué podría pasarme? Solo estaremos a unos escasos metros de aquí.

- Vamos...

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora