+ ¿Qué?
Corrobora la información, espantado.
+ ¿Quién te estaba siguiendo? ¿Cuándo? ¿Cómo no me has dicho nada, Malú?
Me acribilla a preguntas.
- Jo, es que no le di mucha importancia.
Titubeo explicándome.
- Puede haber sido un paparazzi, algún fan o simplemente una persona normal que quería cotillear.
No sería la primera vez que me pasa, pero sí lo de esta noche, haciendo que ahora me entre yuyu, ¿y si están relacionados?
+ Tendrías que habérmelo contado igualmente.
Me recrimina.
- Ya... Es que a veces me cuidas tanto que eres un pesado.
Me excuso.
- Y no quería preocuparte.
Busco su mano y uso un tono conciliador.
- No te enfades, anda.
+ ¿Pero como no voy a cuidarte?
Se defiende pasmado.
+ No quiero que estés sola estos días, pídele a tú madre o José que se vengan aquí contigo, o igual tú puedes irte a casa de Pepi, o...
- Mateo, no puedo cambiar toda mi vida porque me han seguido en el parque.
Le rebato.
- Lo más probable es que sólo ha sido alguien que se interesa por la vida privada de un artista.
Argumento. Quiero creer que es así. Necesito creerlo.
+ ¿Y lo de ahora?
Persiste en su idea.
+ ¿También te parece que a las cuatro de la mañana alguien está cotilleando fuera de tu casa?
- No.
Resoplo asustada.
- Pero no sabemos si buscaban algo aquí...
Intento mantener la calma.
- Estaban fuera, y puede que no estaban mirando en esta dirección... Estaré atenta.
Creo que de momento es la solución más sensata. No quisiera molestar a nadie si no hace falta.
- Llevo toda la noche con pesadillas y me asusté de más.
Le explico. Tampoco es plan que se vaya agobiado.
+ ¿Cómo te dejo yo ahora?
- Nene, igualmente yo vivo aquí y tú tienes tu piso, no pasamos todas las noches juntos.
Le recuerdo.
+ Ya, pero estos días no te dejaría sola...
Sonrío enternecida. Me gusta sentirme cuidada por mi chico.
- Alégrame esa cara.
Le pido estrechando sus mejillas.
- Que estaré bien.
Confío.
- Y tú te pones feo cuando te enfurruñas.
+ No me enfurruño, Malú.
Protesta.
+ Me preocupo.
- Estoy mayor.
Le recuerdo.
- Y sé cuidarme.
Narra Mateo
No lo entiende. Y no sé cómo reaccionar para protegerla. No me parece sensato asustarla de más, pero yo no puedo dejar de pensar en Sebastián. Todo este tiempo he asumido que está de vuelta en Miami, pero carezco de aquella certeza. No he conseguido dar con él por más que he intentado seguirle el rastro y siendo un hombre sin escrúpulos temo que pueda hacerle daño a Malú en mi ausencia.
Me debato entre contarle que la última vez que le vi me advirtió que no quería saber que estábamos juntos, o seguir ignorando las amenazas de aquel cretino. Todo este tiempo asumí que sería yo quien se tenga que enfrentar a él al otro lado del charco, pero es ahora cuando reparo en que quizá decida meterse con ella, no conmigo...
ESTÁS LEYENDO
Todos los secretos (Segunda parte)
RomanceUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar