Capítulo 276

105 14 4
                                    

J: Ya me ha quedado claro, no hace falta que hablemos.

Se aleja decepcionado a paso rápido.

- ¡José!

Le sigo. Miro de soslayo a Mateo que charla con algunos del equipo y a Yaiza que no deja de sonreírle con cara de tonta.

- ¡José, joder!

Me echo a correr tras él hasta alcanzarle.

- Te he buscado toda la tarde, quería contártelo.

J: Ya te vale... Si lo que esperas es que te dé la enhorabuena, te puedes ir olvidando.

Su voz suena enfadada.

- José.

Le miro a los ojos e inmediatamente los míos se cristalizan.

- Por favor, dale una oportunidad.

J: Ya se la he dado, Malú.

Me recuerda.

J: Y te jodió lo más grande.

- Pero yo le he perdonado.

J: Pues yo no.

Parece zanjar la conversación, ya que sigue su camino en dirección contraria a la que se encuentran todos. Tiro de de él, encerrándonos en un sitio que nos dé privacidad.

J: José.

Apelo a su compasión.

- Me hace feliz.

Prometo mientras siento la calidez de una lágrima recorrer mi mejilla. La arrastro con prisa usando el dorso de mi mano.

- ¿No es eso lo más importante?

J: No.

Sentencia sin miramientos.

J: A un adicto le hace feliz el alcohol, las drogas o la puta adicción que tenga, pero no es sano.

Rompo a llorar frustrada y enfadada.

- ¿Cómo te atreves a comparar a Mateo con las adicciones?

J: ¿Tu te olvidas de todo lo que te hizo ese maldito embustero?

- No.

Sollozo.

- Pero tampoco me olvido que intenté sacármelo de la cabeza por cuatro meses, y no pude.

Le cuento. Si bien mi hermano estaba al tanto de que aún le quería, le tiene tanto rencor que no fue él mi confidente durante todo el tiempo que solo me apetecía volver a estar con Mateo.

- ¿Sabes lo que es dormirte todas las noches llorando por querer odiar a una persona a la que realmente amas?

Le reprocho retórica. José ha tenido más historias de amor que yo, y por suerte, en ninguna ha sufrido tanto.

- Me mintió.

Le doy la razón.

- Pero luego me contó toda la verdad...

Argumento.

J: ¿Cómo lo sabes?

- ¡Porque sé, joder!

Me exaspero.

- Creo en él.

J: Ese es tu error, Malú.

Habla pausado.

J: Que ni tienes argumentos.

Me recrimina.

J: Te mintió una vez y puede volver a hacerlo siempre.

Advierte.

J: Y yo no pienso aplaudirte mientras le entregas tu vida a un puto mentiroso.

Sus palabras son tan dolorosas como cuchillos afilados. Mi hermano nunca me había tratado así.

J: Por cierto, me encuentro mal, que Charli, Yago y Julián cubran mi parte.

Flipo con su actitud y rompo a llorar desconsolada.

- ¿En serio?

Le riño gritando.

- ¿Tan cagón eres como para enfadarte y no ser capaz de cumplir con tus obligaciones profesionales?

Nunca creí que José sería capaz de hacer algo así.

- ¡Por castigarme a mí nos jodes a todos!

Grito enajenada. ¿Qué hago yo ahora sin un guitarrista, sin mi hermano en el escenario?

- Te vas a cargar un concierto por tu puto orgullo.

J: Yo me cargo un concierto, tú te cargas tu vida. Igual tendrías que reflexionar que es peor.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora