Capítulo 250

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Después de una larga conversación con Male entro a mi piso. Voy directo a la cocina a prepararme un bocata para luego llamar a Eva, pero la pequeña se me adelanta, iluminando mi pantalla y apareciendo con una enorme sonrisa.

+ Princesa.

La saludo entusiasmado. Lleva un bikini y la toalla.

E: Vero me ha dejado darme un baño.

Me cuenta feliz.

E: Aquí hace mucho calor.

+ Que guay. ¿Te lo has pasado bien en la piscina?

E: Sí. Ella y Carla también.

+ Creo yo que te estás divirtiendo demasiado en Valencia.

E: Sí.

Confirma traviesa.

E: Pero quiero volver a casa, contigo.

+ Verás como queda poco tiempo para eso.

Prometo.

+ Enana, pásame a Vero, porfa.

V: Hola.

Un par de segundos después he cambiado de interlocutora.

+ ¿Cómo vais?

V: Estupendo, ¿y tú? ¿Qué tal ha ido la reunión?

Se interesa. Está al tanto de todo.

+ No lo sé.

Suspiro nervioso.

+ Pero creo que es hora de que avises a la policía que has encontrado a Eva.

V: Se la van a llevar.

+ Haré todo lo posible por hacerlo yo mismo.

Aseguro.

+ Pero no van a devolvérmela si la niña sigue desaparecida.

V: Ya.

Resopla.

V: ¿Y Sebastián?

+ No he sabido nada de él.

Suspiro.

+ Y me preocupa.

V: Normal, pero ¿crees que podrá meterse si el juez te da la tenencia?

+ Quiero creer que no.

Digo honesto.

+ Pero es Sebastián, y nunca se sabe.

Maldigo.

+ ¿Qué has sabido de...?

Cambio el tema. Necesito saber cómo está Malú, aunque sea a través de su amiga.

V: En otro momento te hubiese dicho que te cojas un vuelo y vayas a buscarla, pero...

+ No puedo hacerlo, Vero.

Descarto la posibilidad.

+ Con todo lo de Eva, no puedo dejar el país.

V: Ya, lo sé.

+ ¿Qué ha pasado?

V: Que cada día que pasa pienso más que sois tal para cual.

Me roba una sonrisa.

V: Pero no me preguntes más.

+ Lo complicadas que sois, mujeres.

Me quejo.

V: Mira, en eso te doy la razón.

+ ¿Quieres hablar de alguien?

V: No, pero si tu mundo está patas arriba por una relación con una mujer, imagínate lo que es una de dos.

Carcajeo.

+ Te doy mi apoyo.

Aseguro en serio, pero inevitablemente risueño.

V: Gracias.

+ Te aviso pronto lo de Eva.

V: ¿Se lo vas a contar?

+ Cuando sepa el qué haré, por supuesto.

Sentencio.

+ Debo explicarle lo que vendrá.

V: Haces bien.

+ Vero, no te enfades.

V: ¿Qué pasa ahora?

Sonrío negando.

+ Gracias... otra vez.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora