+ Cabrona te juro que me la vas a pagar.
Prometo antes de bajar del coche. La muy capulla no ha hecho más que provocarme todo el trayecto consiguiendo que mi amiguito tenga una gran alegría y juro vengarme de ella.
- ¿Pero yo que he hecho?
Pregunta inocente con carita de no haber roto un plato en su vida.
+ Luego no te quejes.
Advierto. Me la voy a cobrar.
- Yo nunca me quejo.
Asegura estampando sus labios contra los míos y buscando meter su mano donde no debe.
+ Quieta ahí, fiera.
La paro. Demasiado he aguantado en el supermercado cuando hemos ido a por una botella de vino para no llegar aquí con las manos vacías.
+ Que pretendo conocer a tu amiga con dignidad.
Sentencio.
+ Así que te calmas y me dejas hacerlo a mí.
Propongo la opción más sensata.
+ O voy a empotrarte ya mismo en el coche y Verónica si que tendrá motivos para mal pensar.
Su carcajada parece hacer de timbre, porque pocos segundos después la valenciana aparece para abrirnos la puerta.
V: Por fin estáis aquí.
Narra Malú
- ¡Vero!
V: ¡Nena!
Me echo a correr a los brazos de mi amiga que me reciben y me estrechan con fuerza. Llevaba sin verla desde que vine aquí a escaparme y acabé por volver la misma noche a Madrid en busca del chico que hoy traigo como mi novio.
V: Pero que delgada estas.
Me analiza.
V: Ya veo que estás quemando muchas calorías.
Mira a Martín con guasa, que se ha quedado atrás, permitiendo que tengamos nuestro reencuentro.
- Tu no cambias.
Me quejo dándola por perdida.
V: Estas guapísima.
Zanja.
- Tu también.
Aseguro.
- ¿Y mi niña?
Pregunto por mi ahijada, no me aguanto las ganas de verla y comerme a besos sus mofletes regordetes de bebé.
V: Esta dentro, pero primero preséntame a tu churri.
Me hace reír.
- Esta nervioso.
Advierto. Dice que le hace ilusión conocer a mi mejor amiga, pero estoy segura que le tiene más miedo a ella que a mi madre.
- No le espantes ni le agobies.
Pido. No dudo que cuando entren en confianza se llevaran bien.
V: Martín.
Se acerca a él y le saluda con dos besos.
V: Yo soy Verónica.
+ Un placer.
Le devuelve el gesto, cortado.
+ He escuchado mucho de ti.
V: Yo te ti he escuchado más, créeme.
Joder esta tía no se filtra.
V: Pero desde hace un tiempo solo cosas buenas.
- Te dije que era directa.
Río flojito rogando por que no se enfade. Vero es mi confidente y es cierto que a veces le he puesto a parir, pero no contaba con que la cabrona fuese a acusarme. Su sonrisa me tranquiliza y la manera en que entrelaza nuestros dedos me devuelve la seguridad.
+ Yo no sé si puedo decir lo mismo.
Nos hace reír, rompiendo el hierro con humor.
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Todos los secretos (Segunda parte)
RomanceUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar