Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]

81. La jodida conversación

- ¿Quieres otro tiempo a solas? ¿Segura? – asentiste, estaban justo en la puerta de la comunidad –

- Solo quiero escribir un poco, ya sabes.

- Está bien... luego – arregló un mechón de cabello tuyo por detrás de la oreja – luego anda con Jofi, por favor.

- ¿Qué pasó?

- Solo está preocupada por ti.

- Oh, claro, hablaré con todos en realidad... merecen una disculpa – él asintió, sintieron el fuerte sonido de los fierros abriendo la puerta y entraron, te dirigiste rápidamente a la casa por tu vieja libreta, para luego bajar hasta la entrada y acomodarte en una vieja banca que había en el lugar. Comenzaste a escribir una carta de despedida para Sue, una carta para al fin dejar todo atrás y volver a comenzar... o tratar de hacerlo.

Te sentías un poco más liviana, la pena se iba lentamente de tu alma o por lo menos las ganas de seguir en esto aumentaban. Quizás Dixon tenía razón, quizás uno tiene un propósito en este mundo y por eso, por más que la mierda te cubra, sigues ahí. Tenías que descubrir la razón por la que seguías en pie, por la que seguías con vida.

Cerraste los ojos y diste una buena inspirada, dejaste que todo el oxígeno llegara a tus pulmones. Se sentía bien, te sentías liberada al fin. Hacer una carta de despedida siempre te hacía bien, era como dejar todos los fantasmas allí y luego decirles "adiós, hasta pronto". Cogiste un recipiente de lata, lanzaste la carta y le prendiste fuego. Observaste como se consumió lentamente.

- ¿Está ocupado? – preguntó Abe mientras señalaba el espacio que quedaba en la banca donde estabas sentada –

- Evidentemente no – respondiste en seco –

- Bien... - se sentó mientras bebía cerveza – está buena esta cosa que hicieron, pensé que no volvería a tomar una; menos mal aguantó toda la mierda que pasó – silencio, solo observabas el fuego – tú...

- Al grano, Abe.

- ¿Quieres conversar? – dejó la botella a un lado y comenzó a jugar con sus dedos –

- ¿De qué? ¿De lo miserable que es la vida? – cálmate, solo quieren ayudarte. Negaste y diste un sonoro suspiro, cogiste la botella de cerveza y bebiste un poco de ella. Ardió como la mierda, seguro tu estómago reclamaba los días sin comer – lo siento, Abraham.

- No, tranquila... me han tratado peor – sonrió - ¿Estás mejor?

- Lo intento... con esto ya todo está cerrado – señalaste el recipiente –

- ¿Qué quemas? ¿Una fotogra...

- No – interrumpiste – una carta. Una carta que le escribí a Susan, lo mismo hice para mi madre, mi padre... mi hija...

- ¿Qué sientes al hacerlo?

- Al quemarlo nada, solo es cerrar el proceso. Al escribir la carta, siento que libero todo lo que tenía en mi pecho por decirle a esa persona, bueno o malo. Solo debía soltarlo. Despedirme.

- Buen método, trataré de hacerlo. Aún tengo heridas que cicatrizar.

- Ayuda, no es que ya estoy bien y me iré de fiesta – él lanzó una suave risa – solo que la pena y la angustia es menos.

- ¿Quieres dar una vuelta? Alexandria se levanta... la fría brisa te ayudará a despejarte y mi compañía es incomparable, te hará bien.

- Rescato por sobre todo la compañía – reíste leve y te aferraste a su musculoso brazo para comenzar a caminar por la comunidad – Además, así veo en qué puedo unirme para comenzar a trabajar y restablecer todo – él sonrió, tú bajaste la mirada - ¿Por qué lo haces?