55. Saida

750 50 11
                                    

Te encontrabas tomando desayuno mientras le dabas de amamantar a la pequeña Saida. Estabas con un poco más de ánimo, pero el cansancio y dolor seguían intactos. La espalda la tenías echa polvo, pero nada se comparaba al dolor de mover tus piernas o tu torso. Tan solo habían pasado seis horas desde que habías dado a luz a la bebé, pero realmente sentías que fue tan solo hace una hora. Tocan la puerta despacio y se asoman Carol y Ezekiel. Les sonríes y los saludas con tu mano.

- Ey... - susurra la peliblanca y se sienta a los pies de tu cama -. Es pequeñísima.

- Lo es – golpeas la cama para que Ezekiel tomen asiento -. ¿Cómo están?

- ¿Cómo estás tú? – pregunta el moreno -. Tuviste un día pesado. Nos contaron que fue un parto complicado.

- Fue horrible – miras a la bebé totalmente embobada -. Pero mira, díganme que no vale la pena – le quitas el pecho a la niña y se la entregas a tu amiga, ella sonríe a más no poder. Su esposo se acerca más y acaricia el rostro de Saida.

- Es hermosa.

- ¿Cómo se llama?

- Saida, así quería que Siddiq se llamara. Significa feliz o afortunada.

- Que bonito nombre – la pequeña empieza a gimotear, la mujer mayor empieza a mecerla para poder tranquilizarla, pero no lo logra. Ella empieza a llorar estrepitosamente, por lo que te la entrega y mágicamente se calló -. Ow, quiere estar solo con mamá.

- Al parecer – ríes levemente.

- Y tiene buenos pulmones.

- Afortunadamente, Jane tenía miedo de que sus pulmones no se hayan desarrollado del todo.

- Esperemos que no sea así – sonríe -. Ey, ¿y qué tal, Daryl? Al parecer estaba durmiendo – la pequeña empieza a moverse, parecía incómoda. La cambias de posición, pero no funcionó. Nuevamente empieza a llorar.

- Sí, la pasó tan mal como yo.

- ¿Y todo bien entre ustedes? ¿no han discutido ni nada?

- No, todo bien entre nosotros. Mejor que nunca – por más que mueves a la pequeña, ella no encuentra consuelo -. ¿Qué pasa, cariño?

- Me alegro mucho escuchar eso – tu amiga se acerca a ti, le hace mimos a la pequeña, pero simplemente ella perdió el control. En cosa de minutos Daryl entró a la habitación donde ustedes estaban, su rostro reflejaba la ardua noche que fue. Se acerca para tomar a Saida, ella guarda silencio instantáneamente. La pequeña abre sus ojos, permitiendo que dejen ver su oscuro color. Tenía una mirada única, muy profunda. Era lo que le más le encantaba a Dixon. Él se sienta junto a ustedes para que puedan apreciarla.

- Mira como se queda tranquila con papá – dices tú sonriente.

- Mira, Ezekiel. Ven a verla – el moreno se acerca y sonríe igual que todos en la habitación.

- ¿Toc toc? – entra Romy a la habitación con el walkie en la mano -. Es mi padrino, quiere saber cómo estás.

- Dámelo – dices emocionada -. ¿Rick?

- Ey, al fin puedo escucharte – suspira aliviado -. ¿Cómo estás? ¿cómo está la pequeña? Me dijeron que finalmente fue niña

- Sí, Saida escuchó que su tío venía en camino y le pareció buena idea salir antes. Yo estoy bien, solo muy cansada. Ella también está bien afortunadamente.

- No sabes lo feliz que me pone que ambas estén bien.

- ¿Tú dónde estás?

- Cada vez más cerca, apenas escuché que tú empezaste con el trabajo de parto, decidí avanzar lo más rápido posible. Espera, alguien quiere hablar contigo.

Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora