XXXVI

7.9K 649 137
                                    

Rick y Carl ayudaron a levantarte, tú estabas con la mirada baja sin dejar de pensar que todo era una mierda, sobre todo Daryl Dixon. No podías lograr imaginarte que realmente te había fallado, que había escogido irse lejos de aquí, de su segunda oportunidad, en vez de intentar arreglar las cosas y volver con su hermano. Te llevaron lentamente hacia la prisión, sin emitir ningún comentario. Maggie y Glenn se acercaron para ver cómo estabas.

— _____.... — apenas musitó tu amiga, tú la omitiste.

— _____ no pudimos hacer nada.

— Después hablen, no está bien — te justificó Grimes, tú solo hiciste un ademán con la mano.

— No pasa nada, era su hermano... es entendible — reíste irónica —. ¿Quién mierda me creía? No iba a volver por mí, por nadie. No éramos nada.

— No hables así — Maggie suspiró —. Claro que le importábamos.

— Quiero ir a mi celda — te ibas a levantar, pero todos te detuvieron —. Joder...

— Vamos — Rick empujó y siguió desplazándote en la maldita silla. Estabas a punto de estallar, de maldecir a todo el que se te cruzara; no, él no te había mentido. Te negabas por completo a asumirlo, él no era así.

— Déjenme aquí — dijiste apenas llegaron a la entrada del pabellón. Limpiaste tu rostro rápidamente y te pusiste de pie —. Puedo entrar sola.

— No, siéntate — insistió Rick, pero te diste vuelta para mirarle con tanta furia.

— ¡Puedo hacerlo sola! — todos se dieron vuelta a mirarte, te dispusiste a caminar e ir dirección a la celda donde te tenían en el primer piso, mientras de a poco las miradas dejaban de seguirte —. Déjenme sola.

— ¿Qué pasó? — preguntó Carol preocupada al ver tu extraña reacción.

— Daryl no regresó... — Grimes evitó la mirada de la peliblanca —. Se quedó con Merle, no regresó con nosotros.

— ¡¿Qué?!

— Se fue con su hermano, no dejamos que él viniera hasta acá — puso sus manos en la cadera, mientras veía como la otra amiga del cazador se le llenaban los ojos de lágrimas.

— Iré a hablar con ella — dijo apenas.

— No, hay que darle tiempo.

— ¿Por qué lo hizo? Podían venir todos.

— No podía venir Merle, no después de todo.

— Mierda, Rick — negó la peliblanca y fue detrás de tus pasos, allí estabas sentada en la cama, con las manos temblando y a punto de estallar —. ____...

— No, él no lo hizo, ¿cierto? — subiste la mirada y Peletier notó el rostro enrojecido que tenías.

— Debes estar tranquila, él volverá... debes entenderlo.

— Carol, me lo prometió... él volvería — tiraste lejos un botiquín que estaba junto a ti —. No quiero que me hablen de él.

— No creas que no le importabas.

— ¡Nunca le importé! Carol, abre los ojos, por eso no volvió... ¡nunca le importamos!

— Cálmate — trató de acercarse para tomar tus hombros y contenerte, pero tú la empujaste haciendo que chocara con la muralla.

— No quiero, será mejor que salgas de acá.

— _____.

— ¡Vete, no te quiero acá! — comenzaste a empujar a Carol fuera de la celda —. ¡No quiero que vengan a molestarme — cerraste la reja, corriste la cortina y te tiraste al sucio colchón en que estabas descansando. Ya no había lágrimas, solo más y más ira contra el hombre que te había flechado.

*

— ¿Quién era la putita? ¿en serio te revolcabas con ella? — preguntó el mayor de los Dixon, mientras orinaba a un viejo árbol y Daryl le cuidaba las espaldas.

— ¿Con quién? ¿____? — Merle asintió —. No, solo éramos amigos.

— ¿Amigos? ¿desde cuándo tienes amigos? — subió el cierre de su pantalón y se dispusieron a caminar, estaban buscando cazar algo para comer.

— Desde que te fuiste.

— Te estás haciendo marica nuevamente.

— Cállate, será mejor que revisemos casas y encontremos algo para comer, no sacaremos nada con cazar.

— ¿Eso te lo enseñaron tus amiguitos?

— Basta — respondió ya enfadado de tanta estupidez por parte de su hermano.

— ¿O tu amiguita te lo enseñó? Vamos, di la verdad... ¿estabas con ella? ¿es buena? tiene buen culo.

—  Sigues hablando de ella de esa forma y una de estas te cruzará el cráneo — dijo mientras apuntaba a su ballesta.

— Fácil se te pilla, hermanito — ríe sarcástico —. ¿Qué si hablo de ella? Si todos deben estar muertos, el Gobernador debe haber ido y masacrado a toda esa gente.

— Mejor vamos para allá, puede haber algo interesante para buscar — apuntó al oeste.

— ¿Crees que soy idiota? Sé que me estás llevando dirección a la prisión.

— Sé que puedo convencerlos, podemos estar todos juntos.

— Intenté matar a la negra y golpeé al chino, también pasó lo de tu amiga. ¿De verdad crees que me querrán ahí?

— Lo intentaremos — le miró mal —. Y Glenn es coreano.

— ¿Qué importa? — resopló —. Estás siendo un verdadero estúpido.

— Vete a la mierda.

*

— ¿Puedo entrar? — dijo Hershel con una suave voz, tú no respondiste —. Ya es de noche, debes comer algo — seguías sin responder, él entró asustado a la celda pensando lo peor y al correr la reja, tú diste un salto del susto; estabas durmiendo.

— ¿Qué pasa? — refregaste levemente tus ojos.

— Me has asustado — dejó una bandeja con comida a tu lado —. No respondías.

— ¿Realmente creías que me había matado? — Greene alzó sus hombros —. No me mataré por un imbécil — diste un vistazo a la bandeja —. Realmente no tengo hambre.

— Debes comer, te hará bien... además, quiero que te tomes otro de estos–— señaló la pastilla junto al vaso —. Es lo mismo que tomaste hace un rato.

— Bien — Hershel se iba a levantar, pero lo detuviste —. ¿Puedes quedarte conmigo? — él sonrió y se sentó a tu lado.

— Creo que le debes una disculpa a Carol.

— Sí, mañana hablaré con ella — comenzaste a comer —. Solo fue una mezcla de sentimientos, realmente me ofusqué con la noticia.

— Todos quedamos mal, Daryl era parte fundamental del grupo. Realmente lo necesitábamos para pelear.

— Para todo... — suspiraste —. Para sobrevivir — él se quedó mirando tu expresión triste, para luego asentir levemente —. Hablemos de otra cosa, hay que dar vuelta la hoja pronto.

— ¿Qué crees que pasará con el Gobernador?

— No lo sé — tomaste la pastilla —. Espero que haya aprendido con lo que hicieron.

Terminaste de comer, dejaron la bandeja a un lado y seguiste hablando con el viejo amigo. Sentías que era como tu padre o abuelo, te sentías en confianza con él, incluso las veces en que perdía los estribos contigo.

No te diste cuenta, pero ya dormías. Tu cuerpo cansado volvía a rendirse, allí desaparecían los dolores y las molestias; solo era paz y oscuridad. Sentiste movimiento a tu lado, pero te dio igual; seguiste durmiendo plácidamente.

Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora