50. Sonreír otra vez

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Pasaron seis meses post último ataque del Gobernador y día en que se recibió toda la gente que había sido abandonada en Woodbury. Todo se había organizado de tal modo que la gente del grupo de Rick permanecía en el pabellón de siempre y la gente recién llegada en otro pabellón, las comidas eran comunitarias y las tareas de vigilancia, aseo, salida y cocina estaban dirigidas por ti, Maggie, Daryl y Carol respectivamente. Rick seguía siendo líder del grupo, pero todos le ayudaban en la organización para aliviar peso. Todos los que estaban sanos y en condiciones, debían trabajar en las diferentes actividades de cuidado y protección de la prisión.

Era un nuevo día y comenzabas a sonreír otra vez, a pesar de que en mente estuviera constantemente el pensamiento de que el maldito cerdo del Gobernador estuviera vivo allá afuera, sabías que no tenía gente como antes y no podría atacar, por lo que te sentías más tranquila después de todo. Era un nuevo día, bajaste a darte una ducha, te vestiste y saliste a desayunar; tenías vigilancia el día de hoy hasta la tarde.

- Hola, Lucy – tomaste la mano de la anciana mujer que tomaba sol en el patio y la besaste, lo mismo hiciste con su marido, Daniel –

- Hola, querida ¿Cómo estás? – preguntó él-

- Bien, a hacer vigilancia. Me toca trabajo desde temprano – diste vuelta y viste a Daryl que se estaba preparando un pan para el desayuno en la nueva zona de barbacoa y cocina comunitaria. Apenas te acercaste, él estiró su mano para que la besarás, lo hiciste entre risas –

- ¿Por qué los saludas así? – resopló - ¿No has pensando en lo tonta que te ves?

- Cállate – dijiste poniéndote más seria – así es como saludaba a mis abuelos.

- ___... Perdón – tomó tu hombro y tu estallaste en risa –

- Te la creíste, imbécil – le pegaste en la punta de su nariz con tu índice, él hizo una mueca – ¿Irás, cierto?

- ¿Arriba? – asentiste – sí, me anoté para estar contigo.

- Muy bien – alzaste tus cejas – tengo sorpresas.

- Mmm – te miró y se chupó los dedos –

- Te ves linda – dijo Carol acercándose a ti para luego besar tu mejilla – radiante.

- Gracias, estimada – le devolviste el beso – tú también te ves bien, muuuuy bien – la miraste de pies a cabeza - ¿Algo que contar, señorita?

- ¿Otra vez comenzarás a vigilarme? – miró a Daryl – controla a tu chica.

- No es mi chica – alzó sus hombros –

- Muy bien, Daryl – dijiste tú – yo no soy de nadie, mujer completamente libre – estiraste tus brazos hacia el cielo - ¿Solo porque dormimos en la misma celda somos algo? – resoplaste – si es por eso, tú estarías con Michone ¿Te molesto con ella?

- Idiota – reía la peliblanca - ¿Están de descanso? Podríamos salir un rato.

- Lo siento, Carol – comenzaste a comer del pan de Daryl – me toca vigilancia.

- ¿Y tú? – tu amiga miró a Dixon y subió su ceja - ¿También tienes vigilancia? – él asintió – que coincidencia...

- Si quieres, haces vigilancia con ella – respondió él y tu sentiste como un puñal te atravesaba –

- ¿Seguro?

- Sí, ¿Por qué no? Da igual, la cosa es vigilar – otro puñal –

- Mm, no – suspiró ella – aprovecharé el día libre para arreglar un poco la celda.

Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora