Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]

49. Poco atractiva

Observas tu cuerpo desnudo por el espejo del baño de tu habitación. Tu vientre cada vez era más notorio, tenías miedo de que Daryl no te viera atractiva. Tienes seis meses, hace cuatro meses fue la última vez que lo hicieron y las últimas semanas ha estado distante de ti. Sentías un poco de pena por eso. En los tres embarazos previos no tuviste problemas de tener sexo durante este período, pero ahora considerando que era muy de riesgo, Jane prefirió que hicieran abstinencia y de verdad era lo peor del mundo.

Daryl entra al baño lentamente. Apenas lo ves entrar, coges la toalla y te cubres. Recoges las demás prendas para salir del cuarto, pero él se pone en tu camino. Te rodea con sus brazos y se acerca a ti para besarte en los labios, pero solo logra depositar un beso en tu mejilla, ya que lo evitas. Te mira un tanto extrañado, sube su mano hasta tu mejilla para dirigir tu mirada a la de él, pero sigues sin mirarlo.

- ¿Estás enojada?

- No, solo quiero vestirme.

- ¿Qué pasó? ¿por qué no me miras?

- Nada, solo quiero vestirme.

- Bien – te suelta, retrocede y abre la puerta para que te vayas. Tú das un suspiro y te dispones a caminar para salir, pero cuando estás a punto de cruzar el marco de la puerta, te vino toda la valentía.

- ¿Te sigo pareciendo atractiva?

- ¿Qué dices? – pregunta divertido, a ti te hace enfadar más. Sales del lugar, tiras las ropas a cama y vas por ropa nueva al armario. Él está en el marco de la puerta mirando cada uno de tus movimientos con una leve sonrisa -. Claro que sí, creo que eres la mujer más hermosa de esta maldito planeta.

- No, me refiero... - te pones tu ropa anterior dándole la espalda -. No es lo mismo ser hermosa y atractiva.

- Para mí sí.

- No lo entiendes.

- Nena... - él se acerca, se pone detrás de ti para abrazarte -. ¿Piensas que ya no me pones por el embarazo?

- Cuatro meses sin hacerlo y dos semanas si nuestros juegos... ya sabes...

- Porque sentía que no era justo, quiero que tú también tengas placer y Jane dijo-

- Sé lo que dijo Jane – le dices de mala manera, él depositó un beso en tu nuca -. Me hacía sentir bien, me hacías sentir... que aún era atractiva para ti.

- Solo intentaba ser justo. Quiero que los dos lo pasemos bien.

- Yo lo pasaba bien.

- Entonces, continuemos haciéndolo – te da vuelta y levanta tu rostro poniendo su mano en tu barbilla -. Jamás me dejarás de poner, nena. Eres hermosa, eres atractiva... - besa tu cuello y luego tu hombro -. Eres perfecta.

- ¿Lo soy? – cierras los ojos, dejas que él te llene de besos. Llevas tu mano a su pantalón, él ya estaba excitado. Sonríes ampliamente.

- ¿Ves cómo me pones?

- Sí, lo noto – sueltas una risa coqueta. Él ponía sus manos sobre tus senos, que se encontraban libres, y juega con tus pezones con la ayuda de sus pulgares. Sueltas un leve gemido, unas cosquillas te recorrieron por toda la espalda. Él se acerca a tu boca y empieza devorarte con besos, te acorrala contra el armario y lleva sus manos a tu cadera y aprieta levemente -. No te imaginas cuanto deseo hacerlo contigo.

- Esperar tendrá su recompensa – toma tu mano y te lleva a la cama, te recuesta y empieza a besar tu pecho, tus brazos hasta la punta de tus dedos. Le sonríes mientras él lo hace. Luego va por tus costados y piernas. Vuelve a subir hasta quedar recostado al lado tuyo, peinó tus cabellos y los ordenó detrás de tu oreja -. No pienses jamás eso, que no eres atractiva para mí. Te sigo amando y sigo sintiendo las mismas cosas que aquella primera vez.