Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]

I

[Antes de leer]

Si no has visto la temporada 9 de TWD y no te quieres ganar spoilers, es mejor no leer. Si no te importa, pues dele y disfrute... ¡Se los advertí!

Espero que les guste esta segunda parte como les gustó la primera.

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Miras atentamente el paisaje a través de la ventana, ya se comienza a perder la noción del tiempo cuando ya los relojes comienzan a averiarse y no hay forma de saber exactamente qué hora es. Estimas que deben ser cerca de las diez de la mañana, no estás segura, pero eso ya no importa. El tiempo pasa y las cosas siguen igual, aunque quisieras, no puedes acostumbrarte a acostarte y despertarte sola en la cama matrimonial. Ver como todo afuera sigue igual, ver como todos siguen y tú te estancas. Estás cansada de pasar largas horas de la mañana frente a una ventana viendo los cambios de estaciones, quieres cambiar, pero los viejos fantasmas aparecen siempre para arruinar tus buenos pensamientos.

"Con el tiempo nos convertimos en familia, fuimos ganando y perdiendo gente, pero siempre nos mantuvimos unidos. Nos buscamos, nos lloramos muchas veces pensando que nos habíamos perdido, pero siempre las circunstancias nos unían y siempre seguirá así"

Esas fueron las palabras de Rick Grimes en la pseudo boda entre Daryl y tú. En aquel momento parecían tan ciertas, en aquellos momentos hacían tanto sentido porque nunca dejaron de pelear para estar bien todos juntos, todas las circunstancias de aquel momento los unían y no sabes cómo ocurrió, pero todo eso se quebró tan rápido que nadie pudo hacer algo al respecto.

Era un nuevo día, uno de los primeros de otoño, ya las hojas comienzan a caer y abultarse en las esquinas de las calles. Observas con detalle a través de la ventana como el árbol que está fuera de la casa bota las últimas hojas de sus ramas, como estas caen y son llevadas por el viento. Observas como todo pasa tan rápido, tal como pasa la vida de hace un tiempo. No era el primer día en que te sentías así, ya eran cuatro largos años en que la soledad era tu compañera. A esa que tanto odiabas, esa que era tu peor pesadilla, pero que tuviste que aceptar de hace un tiempo. Los hijos crecieron, marcharon y la casa se siente tan grande... tan vacía.

Escuchas apenas unos pasos por el pasillo de afuera, por lo que rápidamente te metes en las sábanas y te ocultas en ellas. Intentas poner tu mejor posición para simular que dormías; era así todos los años. No tardó en sonar el rechinar de la puerta, recordaste que debes apretar más las bisagras. Bufaste ante ese estúpido pensamiento, cierras los ojos para simular que descansabas.

- Ey... oye - su voz enciende algo en lo más profundo de ti. Procede a mecerte, pero te haces de rogar - mamá, despierta.

Te quejas un poco e intentas taparte más con las sábanas, pero él lo impide. Destapas tu rostro para luego pasar ambas manos por tus ojos intentando despertar, sonríes de inmediato cuando ves que Merle está frente tuyo con una gran sonrisa y un pequeño pastel con una vela encendida en ella.

- Feliz cumpleaños, mamá.

- Merle... - ríes leve - no debías hacer esto.

- Cumpleaños feliz, te-

- No, hijo - posas tu mano izquierda en su hombro izquierdo - está bien así - aprietas tus labios y sigues observando con detalle el pastel que te ha hecho y que de antes sabías que lo había hecho, fue un poco evidente -

- Entonces pide un deseo.

- ¿Uno? ¿No eran tres?

- Tres deseos son muchos para esta época - ambos ríen leve - vamos, que ya me duelen los brazos.