Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]

45. Reconstrucción y un nuevo hogar

Pasas tu índice por el vidrio del cuadro que sostenías en tu mano izquierda, como si dibujaras el rostro de Merle. Sonríes levemente, aún podías recordar el sueño que tuviste anoche. Lo habías sentido tan real; estaban los dos en un descampado viendo el atardecer. Él estaba bien, eso fue lo que te dijo mientras sostenía tu mano. Si él estaba bien, tú estabas bien. Después de lo que viviste anoche había una paz interior que no querías que se fuera. Aún sientes que está contigo de alguna forma.

Tocan dos veces la puerta, tu giras para ver quién era. Daryl aparece con una pequeña sonrisa en su rostro. Nota que tenías el retrato en tus manos, sabe que lo haces cada vez que lo extrañas. De vez en cuando él también hacía lo mismo. Ambos lo extrañaban demasiado, pero ya no con pena.

- Venía a ver cómo estabas antes de ir a terminar el trabajo.

- Bien – guardas el cuadro en tu bolso -. Solo con mucha hambre.

- ¿Desayunaste? – te levantaste para acercarte a él. Pasas tus manos por detrás de su cuello y te apoyas en su pecho. Él besa tu frente.

- Sí, comí el doble de lo que como y aun así tengo hambre.

- Bueno, tendrás que seguir comiendo.

- No, el bebé tendrá que tranquilizarse. Mira, el vientre que tengo solo es comida – soltaste una pequeña risa y lo miraste atentamente. Él te sonreía, se veía tan hermoso -. ¿Cómo está tu herida? ¿fuiste con Harlan? – bajas el cuello de su chaqueta, observas que está toda cicatrizada -. Eso se ve bien.

- Sí, afortunadamente ya todo pasó. Me dijo que no es necesario más revisiones. Estoy de alta.

- Me alegro – lo abrazas fuerte, él se esconde en tu cuello mientras da un sonoro suspiro -. ¿Qué pasa?

- ¿Uhm?

- Te conozco – te separas un tanto de él -. ¿Qué tienes en mente? ¿es sobre Merle?

- No, solo pienso... que deberíamos quedarnos aquí. Ya pasó un mes desde que todo esto terminó, pudiste soportar este tiempo encerrada aquí. Ellos solo querían un mes, no creo que haya problemas en cambiar las decisiones. Los ánimos son otros-

- No – dices seriamente -. Quiero irme de aquí, que vivamos juntos una... ¿cuarta oportunidad? – él pone sus ojos en blanco -. Me refiero que debemos empezar de nuevo, dejar los fantasmas que hay aquí. No nos hace bien, créeme. Debemos seguir, él quiere eso. Además, ya tenemos todo listo para partir. Este es el último día aquí, así lo solicitamos.

- Solo...

- ¿Solo?

- Me preocupa que estemos fuera durante tu embarazo, que surja una emergencia y un doctor no pueda ayudarte. Que encontremos amenazas-

- ¿Los encontraste cuando estuviste en un campamento? – él niega.

- Bueno, rara vez.

- Entonces esta vez no será la excepción. Estaremos bien, es lo siempre quisiste. Nunca te gustó vivir en la comunidad, que los demás vieran nuestras vidas.

- Lo sé...

- Tranquilo – lo besas rápidamente y ordenas sus cabellos por detrás de su oreja -. Hoy es nuestro último día aquí, eso no va a cambiar. Por lo menos de mi parte no, si quieres quedarte lo ent-

- Cierra la maldita boca – posa tu mano por detrás de tu nuca y la otra en la parte baja de tu espalda, te aprieta a él levemente mientras te besa lentamente. Amabas tanto el movimiento de sus labios, como sus lenguas se coordinaban al moverse. Sonríes entre medio del beso -. ¿Qué?