Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]

106. Nuevo integrante

De un momento a otro estabas en la enfermería, la única sala donde había luz artificial producto de unos generadores. Solo se activaban por emergencia y esta era una de ellas. Te sentías horrible, nada comparado a la primera vez que tuviste un hijo. Ya habías vomitado dos veces, pero crees que son solo los nervios. Jane ha indicado que Daryl aún no entre, no hasta que te estabilicen y estén listo para sacarlo, porque la experiencia le había mostrado que los padres son los más ansiosos del momento y generalmente solo le dan más nervios a la madre, e incluso son los primeros en desmayarse al esperar el gran momento. Claramente él iba a presenciar el parto de su hijo o hija, pero no todavía. Sentías que no tenías más lágrimas por las que botar, porque ya habías llorado las tres horas que llevas intentando dilatar. Aún faltaban varios centímetros por hacerlo, sería una larga y dolorosa noche.

[...]

- Ya han mandado mensajeros a Hilltop, Alexandria, Oceanside y El Santuario – Carol abraza a su amigo – ¡Llegó el gran día!

- Joder, si le iba a doler tanto mejor no lo hubiéramos tenido.

- ¡Pa! – Jofi ríe leve - ¿La escuchas gritar? – en ese momento es donde ellos logran oír un buen grito tuyo, Daryl da vueltas por el pasillo algo desesperado –

- ¿Por qué mierda no puedo entrar?

- Jane ya te explicó, si crees ser de ayuda; entra, pero si te vas a desmayar a los segundos que veas a ___ ensangrentada y con el peor aspecto de la vida, mejor aguanta hasta que ella te lo diga.

- Tranquilo, Dixon – Ezekiel pone su mano en el hombro del ballestero y le da unas palmadas – está en buenas manos, Jane ha asistido ocho partos aquí, nueve con el de tu mujer. Estará bien, tú y tu hija.

- ¿Hija? – pregunta Carol confusa –

- Supe de la apuesta en Alexandria y creo que es mujer.

- La otra vez dijiste que era hombre.

- Jofi me ha convencido – la castaña ríe leve, pero se pone seria de inmediato al ver a Daryl con cara de tres metros.

[...]

Seis horas en total has estado en el interior de la consulta, ahora un poco con menos dolor que hace un rato. Ya has dilatado lo suficiente para empezar a pujar, Jane comienza a preparar todo para la llegada del nuevo integrante de la familia; el tan querido y ansiado parásito. Mientras afuera todos dan vueltas por el pasillo, otros están sentados frente a una fogata quitando el frío de la madrugada de otoño. Daryl no se mueve de la puerta, está esperando que lo dejen entrar de una maldita vez.

- No tardará tanto, todo irá bien – Ezekiel acompañada al mejor amigo de su novia – me hubiera encantado vivir una experiencia así, ahora tengo dos hijos maravillosos, pero de todas formas me gustaría estar en tus zapatos.

- Aún estás a tiempo – musitó Dixon, Carol se da vuelta con una cara asesina. El cazador solo levanta sus hombros e intenta aguantar una pequeña risa –

- Bueno, verás que un abrir y cerrar de ojos tendrás a tu parásito en brazos.

- ¿Sabes cuánto puede tardar una mujer en dar a luz? – le pregunta su chica, él lleva sus manos a su cadera –

- Carol, trato de tranquilizarlo - la puerta después de seis horas vuelve abrirse, David sale con una bata en sus manos –

- Es la hora, Daryl.

[...]

David le indica a Dixon como lavarse sus manos, le ayuda a ponerse una bata de médico y lo lleva hasta la habitación donde te tienen. Aunque le cuesta asumirlo, quedó helado al verte recostada en la camilla con piernas abiertas, intentando mantenerte fuerte. Aún peor, con Jane al frente tuyo con las manos ensangrentadas. Tu rostro está rojo, húmedo y cansado. Se acerca lentamente, se pone junto a ti y toma de tu mano. Tus ojos se vuelven a llenar de lágrimas tan solo verlo, al fin llegaba el momento que sabías que ambos ansiaban.