Capítulo 11

12.8K 567 3
                                        

Jesus Oviedo.
Jueves 12 de Marzo, 13.00
°
Conduzco regresando a casa tras todo el día metido en el juzgado, cambio mi ruta diaria de vuelta a casa por otra pues el juzgado está algo más lejos de casa y en la dirección contraria del bufete lo que hace que pase frente la Universidad de derecho.
Reduzco la velocidad de mi oscuro y potente coche pues aquí cruzan jóvenes por la carretera cada medio metro.
Me quito las gafas de sol teniendo claridad y freno en seco cuando una chica se lanza a la carretera algo despistada, no joder, es ella.
Presiono el claxon y ella se gira dando un pequeño brinco. Su expresión facial dice todo al verme y yo no puedo evitar revisar todo su cuerpo dandome cuenta que los vaqueros agarran sus anchas piernas demasiado bien y que ese jersey celeste le sienta de maravilla.
Ella me mira fijamente y cuando se gira dispuesta a irse vuelvo a pitar haciendo que regrese a su posición anterior.
~
-Casi te atropello. -digo serio.
-Esto no es paso directo de coches, podemos cruzar como y cuando queramos. -acomoda su cabello rizado.
~
Muerdo mi labio y compruebo que nadie viene detrás.
~
-Puedo acercarte donde quieras. -propongo firme.
~
Mueve su cabeza negando y bajo del coche tras quitarme la americana.
~
-Valeria estará por aquí, buscala. -dice desorientada.
-Yo no quería chocar con ella. -digo sonriendo de lado.
~
Alza una ceja y relaja sus brazos.
~
-¿Dónde te llevo? -insisto.
-No me voy a montar contigo en el coche. -asegura.
-¿Acaso no te fías de mi? -pregunto serio.
-Eres un desconocido, claro que no me fio de ti. -dice obvia.
-Pues soy tu abogado, si no te fías de mí tienes un serio problema. -ataco a su manera.
~
Ella rie tontamente al darse cuenta que he intento jugar con su juego y encoje los hombros.
~
-Me alegro de verte Jesús, ya nos volveremos a ver en otro momento. -dice ella antes de girarse.
~
Agarro su brazo, vuelvo a mirar atrás asegurándome que ningún coche viene y saco una tarjeta de mi bolsillo.
~
-Él segundo número es mi personal, normalmente lo borro pero tú llamame ahí siempre que quieras. -digo firme.
~
Agarra la tarjeta, la mira guardandola en su bolso y su voz me frena antes de entrar al coche.
~
-¿Por qué? -pregunta seria.
-¿Por qué no? -respondo firme.
~
Entro al coche, cierro al puerta y la observo por última vez antes de marcharme.

La rosa negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora