La rosa negra

Capítulo 136

Malala Lorenzo.
Miercoles 2 de Marzo. 9.00
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Me remuevo en la cama buscando a Jesús, suspiro al no sentirlo pero el ruido que viene de abajo me hace pensar que algo está haciendo, escucho varias voces que vienen del salón, lleno mi pecho agarrando el pijama y bajo las escaleras recogiendo mi melena de león en un moño.
Sonrio al ver a mi madre y esta me abraza muy fuerte, me mira el rostro preocupada y me quedo paralizada.
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-¿Qué pasa? -pregunto extrañada.
-Aún tienes ojeras. -comenta preocupada.
-No descanso bien aún mamá, dame tiempo. -digo seria.
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Veo como mi padre tiene a Rosa tumbada sobre sus brazos mirándole la boca, Jesús observa la escena bastabte serio y me acerco a él.
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-¿Qué hace? -pregunto en voz baja.
-Viendo los dientes de Rosa, quiere saber si podrá ocultarlos, cuanto más crecerán... Saber un poco más. -explica.
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Pasa su brazo por mis hombros, me pego a su pecho y cierro los ojos.
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-Todo estará bien. -susurra.
-Tengo miedo Jesus. -lo miro.
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Acerca sus labios a los míos.
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-Tranquila bebé, todo estará genial. -asegura.
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Beso sus labios levemente, miro a mi padre y Rosa comienza a llorar.
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-Cogela cielo, tranquilizarla. -dice dulce.
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La cojo en brazos, llevo su cabecita a mi pecho y solloza.
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-Ya está mi vida, eres una campeona. -digo dulce.
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Jesus le coje, miro a mi padre y agita su cabeza.
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-Podrá esconderlos, pero aún no, hasta que no crezca no podrá. -explica.
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Miro a mi padre sería y me abraza.
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-¿Y yo qué? Soy la única humana de la casa papá. -digo seria.
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Llena su pecho mirando a Jesús, este niega con la cabeza y me quedo paralizada.
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-Sabéis algo que yo no. -acuso.
-Amor, luego hablamos sobre eso. -dice Jesús.
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Mi madre, al ver que puedo liarla, me agarra dle brazo tirándome hacia la cocina y la miro seria .
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-Quiero saberlo mama, me incumbe a mi y a mi hija. -grito.
-Tranquila Malala, todo va a estar bien. -insiste.
-¡Llevo esperando que las cosas estén bien un año y todo es la misma mierda! -alzo la voz.
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Ella va a mi caja, me da los calmantes y niego.
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-Tómatelos. -ordena.
-¡Que no! Quiero saber que cojones está pasando. -grito.
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Me mira apenada y asiento.
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-Damelos. -digo seria.
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Me tomo dos de ellos apoyandome en la encimera, cierro los ojos intentando calmarme y suspiro.
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-Dejame sola mamá. -suplico.