Malala Lorenzo.
Viernes 3 de Abril, 14.23
°
Agarro su brazo para que se gire pues me está dando la espalda y puedo ver sus ojos brillar.
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-Es extraño tener alguien aquí. -asegura.
-¿Estabas preparado para traerme? -pregunto.
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Asiente con la cabeza apoyándose en la encimera y me acerco a él.
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-Vamos a preparar el almuerzo juntos ¿vale? -pregunto tocando su mejilla.
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Asiente sonriendo y beso sus labios con suavidad.
Recojo mi melena cortando la cebolla para el sofrito de la pasta, él cuela esta misma pues esta recién cocida pero me sorprendo al sentir sus brazos rodear mi cintura.
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-Te ves hermosa. -murmura.
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Sonrio cerrando los ojos a la vez que suelto el cuchillo, mete sus manos por mi camiseta presionandolas contra mis senos provocando que entreabra los labios.
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-Señor. -murmuro.
-Dígame. -dice ronco.
-Esperese al postre. -digo coqueta.
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Él niega con su cabeza mordiendo levemente mi cuello y decido jugar un poco con él cuando lo aparto y corro por la casa seguida por Jesús.
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-Señorita, pare ahí. -dice firme una vez llego a un pasillo en la segunda planta.
-¿Ya está cansado, señor? -pregunto coqueta pero sin aliento.
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Él se desabrocha la camisa dejándola ahí en el suelo y frunce el ceño.
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-Contra la pared, quitese el vaquero. -ordena.
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Muerdo mi labio obedeciendo, me pego de frente a la pared dejando ver mi tanga negro. Sus dedos acarician mi trasero y da un leve golpe.
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-Oviedo. -murmuro excitada.
-Debes obedecer a tu señor. -asegura.
-Me gusta portarme mal, señor. -digo coqueta.
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Vuelve a golpear la zona, gimo y siento su sonrisa sobre su cuello a la vez que baja mi tanga.
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-Vas a estar todo el día desnuda. -ordena.
-Lo que mi señor desee. -aseguro expuesta a él.
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Siento su miembro acariciar mi trasero y cierro los ojos sintiendo algo mojado pues si, me ha echado saliva.
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-Jamás lo he hecho por ahí. -confieso cuando vuelvo a sentir su miembro.
-Me portaré bien bebé. -murmura en su tono común.
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Su miembro entra con suavidad haciendome sentir de una manera extraña, me gusta pero hay algo que no me hace disfrutar del todo, es una sensación que jamás he experimentado.
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-Usted se porta mal. -murmura golpeando mi trasero.
-Señor, siempre soy una chica buena. -digo jadeando.
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Besa mi espalda mientras no para de mover sus caderas y ahogo un gemido.
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-Grita todo cuanto quieras. -anuncia.
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Gimo suavemente mientras su manos sostienen mi trasero, cierro los ojos disfrutando de la sensación y grito cuando golpea mi trasero realmente fuerte.
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-Señor. -digo exhausta.
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Me rodea con sus brazos, sonrie y mete dos de sus dedos en mi sexo.
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Cierro los ojos dejando todo mi cuerpo flojo, simplemente disfruto de sus movimientos.
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-Oviedo. -murmuro.
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Siento como baña todo mi tradero y pellizca mi sexo haciendo que llegue a la cima realmente desorientada.
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-¿Estás bien? -murmura.
-Creo que si. -sonrio.
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Me gira pegandome a su pecho, coloca su pantalón y niega al ver que voy a ponerme el tanga.
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-Todo el día desnuda. -dice serio.
-Tienes vecinos, me verán. -digo extrañada.
-Tengo todas mis cortinas echadas, ellos no ven nada de lo que aquí dentro sucede. -murmura.
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Muevo la cabeza y sonrio.
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-De acuerdo. -le doy mi tanga.
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La rosa negra
VampireLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...