Malala Lorenzo.
Viernes 7 de Marzo, 15.15
°
Mi madre teclea en el ordenador mientras almorzamos y suspiro preocupada.
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-Mamá, porfavor, deja de buscar sobre el cadáver. -suplico.
-¿Y si es tu padre? -pregunta nerviosa.
-No es papá, estoy segura que ese señor que han encontrado no es mi padre. -digo seria.
-¿Entonces? -alza la voz.
-¡Nada! Será otro hombre, mamá, no puedes seguir así y te lo advirtió el psicólogo. -digo seria.
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Mueve si cabeza y le cierro el portátil apartandolo de la mesa.
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-Porfavor mamá, te lo suplico, hazlo por mi. -agarro su mano sobre la mesa.
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Seca las pocas lágrimas que se le han escapado y asiente.
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-De acuerdo. -murmura.
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Parte el filete y miro mi teléfono pues he recibido un mensaje de Valeria.
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-¿Qué haces hoy? -pregunta.
-Valeria me ha invitado a cenar con ella y uno de sus ligues, cenaré y me iré. -explico.
-Sí es su ligue ¿por qué te invita? -se extraña.
-Dice que el chico se lo ha pedido, realmente tampoco lo comprendo pero le hago el favor. -explico.
-No me gusta esa chica, ya una vez te quitó un lio ¿no? -alza una ceja seria.
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Rio tímida moviendo mi cabeza.
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-Nos habíamos acostado varias veces mamá, no fue importante. -rio.
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Ella encoje sus hombros y recojo la mesa en lo que ella friega los platos que le llevo.
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-Cuando acabes la carrera quiero que intentes abrir la investigación de tu padre. -dice preocupada.
-Me quedan cuatro años, mamá. -aseguro.
-Quiero que lo averigües, tu padre se marchó y no dejó nada. -dice seria.
-Olvídate de eso. -insisto.
-Pero tu padre... -la corto.
-¡Papá nos abandonó, él se fue porque todo el mundo sabía que no quería tener hijos y aquella noche fue el momento oportuno! Papá no va a volver más, olvídate de ese señor mamá, porfavor. -suplico.
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Ella mueve su cabeza y la abrazo suspirando.
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-Relájate mama, sal esta noche con tus amigas y despejarme un ratito ¿si? -beso su frente.
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Asiente secando sus ojos y subo a mi habitación subiendo las persianas para ver mejor que ponerme esta noche.
Valeria me llama, suspiro agarrando el teléfono y su tono de voz me hace reír irónica
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-No vayas a ponerte muy guapa eh. -dice seria.
-Iré normal ¿qué te vas a poner? -pregunto.
-Vaqueros normales y una blusa, nose. -noto en su voz como miente.
-De acuerdo, iré sencilla, no te preocupes porque me iré pronto. -digo seria.
-Perfecto. -rie.
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Cuelgo y saco un vestido rojo de tirantes el cual me pondré con unos tacones negros ¿me aliso el cabello? Suspiro llena de pereza cuando decido que sí y me siento en un taburete frente el espejo del baño alisandome esta melena de león.

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La rosa negra
VampireLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...